Cruz dirige a las mujeres que están al frente de la Primer Brigada Femenina Combatiente de Incendios Forestales en el Estado de México y en conjunto rompen estereotipos en el combate al fuego que amenaza a los bosques de pino y encino en su región. Después de 4 meses y 12 sesiones de capacitación concluyen la primera etapa de formación.

 

Amanalco de Becerra, Estado de México. Tiene 50 años y hasta hace unos meses ocupaba la mayor parte de su tiempo en el cuidado de su nieto y en las tareas del hogar, pero el 16 de febrero, Cruz Ávila Sánchez dejó atrás su rutina diaria y se estrenó como jefa de la primera brigada femenina contra incendios forestales en Valle de Bravo.

Desde el año pasado, ella se unió a un grupo de otras 30 mujeres que se capacitaron en el combate a incendios forestales y el manejo forestal comunitario, esto como parte de los trabajos que promueve el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS) para fortalecer a las mujeres rurales de distintos núcleos agrarios.

Las 31 mujeres conformaron la “Brigada Femenina 031 Combatiente de Incendios Forestales”.

Pie de foto: Integrantes de la brigada femenina contra incendios forestales. Crédito: Especial
Pie de foto: Integrantes de la brigada femenina contra incendios forestales. Crédito: Especial

 

Tras concluir la primera etapa de formación, que duró cuatro meses con 12 sesiones de entrenamiento, Cruz fue nombrada jefa de la primera brigada femenina que apoya a la Comisión Nacional Forestal (Conafor) en el combate al fuego que amenaza los bosques de Valle de Bravo.

La brigada a su cargo está conformada por otras nueve mujeres cuyas edades oscilan entre los 24 y 66 años. En su primer día de trabajo, dice, tuvieron que enfrentar un incendio forestal que se extendía a lo largo de una pendiente muy inclinada. Las tareas de combate las realizaron junto con la brigada ECO 71 establecida en el campamento de Valle de Bravo.

“Fue nuestro recibimiento. Luego, luego, entramos a combatir un incendio, sí teníamos miedo, nunca habíamos entrado a esos cerros de allá que son muy diferentes a los de nuestro municipio (Amanalco). Es una vegetación muy diferente, íbamos totalmente expuestas al calor de Valle de Bravo que es muy alto, más el fuego acercándose a nosotras y en una pendiente muy inclinada, pero lo logramos, aunque yo ya sentía que me desmayaba por la deshidratación, pero tuve que resistir como jefa de brigada”, comparte en entrevista con Evlyn.Online

Pie de foto: Uno de los incendios forestales que combatió CruzCrédito: Especial
Pie de foto: Uno de los incendios forestales que combatió Cruz Crédito: Especial

 

Su formación en comando de incidencias y equipamiento, le permitió a ella y a sus compañeras tomar el control del primer incendio forestal que le tocó combatir, sin embargo, reconoce que es complicado controlar el fuego y por ello, dice, es importante sentirse segura al momento de enfrentarlo.

“El fuego impone mucho respeto, no es muy fácil, pero contamos con la capacitación, sabemos que podemos hacerlo y sabemos que tenemos que ver siempre primero por la seguridad de nosotras. Si vemos que es algo que no está en nuestras manos combatir, lo sentimos, nos salimos y mejor que se queme una parte del bosque a que se queme una compañera”, comparte.

Uno de los principales retos de la brigada a su cargo, explica, es seguirse preparando para apagar el fuego de manera ágil y segura pese a su discapacidad auditiva.

“El que yo sea jefa de brigada no significa que yo sea más, a lo mejor tengo más responsabilidad porque tengo a mi cargo nueve mujeres que siempre tengo que velar por su integridad física, pero sé que sí puedo, todas podemos, la práctica es lo que nos va a hacer unas buenas brigadistas”, agrega.

Pie de foto: La brigada feminista en labores. Crédito: Especial
Pie de foto: La brigada feminista en labores. Crédito: Especial

 

Desde hace 30 años Cruz es ejidataria del Ejido San Miguel Tenextepec en Amanalco de Becerra y a ella siempre le interesó el cuidado del bosque. En algún momento de su vida pensó en dedicarse a ser guía de turismo de naturaleza, pero jamás se imaginó que se convertiría en brigadista forestal.

Cuando el CCMSS le propuso tomar el curso para ser brigadista forestal, ella decidió combinar sus labores del hogar con la capacitación, pero esta etapa, dice, no fue sencilla porque tuvo que abandonar sus tareas de cuidados en el hogar.

“A veces sí me desesperaba porque me iba a la capacitación, eran jornadas a veces de 8 de la mañana a 5 de la tarde, dos veces al mes, y en la casa se me iba acumulando el quehacer, yo cuidaba a mi nieto y siempre decía: ¡ya no voy a entrar!, pero luego veía testimonios en internet de mujeres que iban a Canadá o de intercambio a Chile y yo decía: ¡sí quiero seguir!, yo quiero algún día ser una de ellas”, afirma.

Pie de foto: Integrantes de la brigada feminista comparten su experiencia. Crédito: Especial
Pie de foto: Integrantes de la brigada feminista comparten su experiencia. Crédito: Especial

 

Su deseo de concluir la capacitación y luego de poner en práctica lo aprendido, la llevó a formar parte de la brigada femenina contra incendios forestales rompiendo los estereotipos de su propia comunidad.

“Es difícil dejar atrás ya una vida trazada y empezar algo nuevo para lo que las mujeres no estamos bien vistas o que la sociedad cree que no podemos, no es fácil. Vivimos en un pueblo donde todavía el machismo impone sus ideas, jamás creí que algún día iba ser parte de una brigada. Aun cuando estábamos tomando el curso, yo me preguntaba, pero ¿cómo vamos a trabajar si somos 31 mujeres de diferentes comunidades y la mayoría somos amas de casa?”, recuerda.

Ahora que ya dirige la brigada femenina, Cruz alienta a otras mujeres a atreverse a incursionar como brigadistas femeninas contra incendios forestales para que ellas también tengan una participación activa cuando el fuego amenaza a un ecosistema forestal.

“Que se atrevan, que lo hagan, que no se queden con las ganas de hacer lo que ellas quieran. ¡Sí podemos!, a veces solo es falta de apoyo, pero si nosotras nos decidimos, podemos hacerlo y si alguien necesita palabras de apoyo, aquí estamos 31 mujeres para apoyarlas”, concluye.

El 2 de marzo las mujeres de la Brigada 031 compartieron su experiencia en el combate al fuego forestal y anunciaron que ponen a disposición de la cuenca Amanalco-Valle de Bravo sus capacidades para controlar incendios forestales mediante actividades como mantenimiento de brechas cortafuego, manejo de materiales combustibles del bosque, revisión de áreas forestales para identificar riesgos potenciales como la acumulación de vidrios y demás basura, talleres de capacitación y pláticas de sensibilización a la población en general, particularmente a jóvenes y niños.

Pie de foto: Cruz trabajando junto a sus compañeros. Crédito: Especial
Pie de foto: Cruz trabajando junto a sus compañeros. Crédito: Especial