De reconocer en su legislación nacional y a nivel global el ecocidio como el peor de los desastres ambientales, comparable con el genocidio o los crímenes de lesa humanidad, México lideraría en América Latina la penalización por la destrucción de ecosistemas que son clave para salvaguardar su propia soberanía, para cuidar a la población, disuadir delitos ambientales y heredar un planeta más habitable, señala Rodrigo Lledó Vásquez, director para las Américas de Stop Ecocidio Internacional, en entrevista con Evlyn.Online durante su visita al país para sostener encuentros con legisladores, sociedad civil y universitarios, en los que les convoca a priorizar un cambio legislativo positivo para el medio ambiente.

¿Qué es el ecocidio?

En términos simples, es esta destrucción de la naturaleza a gran escala que era perfectamente evitable. Estos desastres naturales que se producen de tanto en tanto y que no era necesario que se produjeran, que no son naturales. Que, con un mínimo de diligencia, se pudieran haber evitado. Y bueno, lo que estamos haciendo aquí en México es promover que el ecocidio sea un crimen a nivel internacional, es decir, un crimen en la corte penal internacional y que el gobierno nos apoye en esa instancia, por una parte, y por la otra, promover que dentro de la legislación mexicana también se adopte el crimen de ecocidio a nivel nacional. Hemos tenido un encuentro con la red de parlamentarios ambientalistas en el Congreso, encuentro con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), con académicos y juristas de la Universidad Iberoamericana y de la UNAM.

¿Qué implicaciones ambientales y sociales tiene el ecocidio?

El ecocidio tiene una particularidad que adopta un enfoque ecocéntrico, es decir, va ser ecocidio no solamente cuando haya personas afectadas sino, el solo hecho de destruir a la naturaleza, ya será un acto sancionable. Ahora, por supuesto que si hay afectaciones humanas hay un agravante de la responsabilidad penal.

Estamos hablando de desastres que a veces son transfronterizos o que afectan a todo un ecosistema o que ponen en peligro a toda una especie, o en riesgos de extinción. Es un impacto no solamente para poblaciones indígenas vecinas o afrodescendientes que viven allí de sus recursos naturales y que se les destruye su río, su ecosistema y su modo de vida. Sino que también, como todo está conectado, la destrucción de un ecosistema afecta a otros porque es parte de un mismo ecosistema planetario.

Te voy a poner un ejemplo: hubo un vertido aquí en el Golfo de México hace un tiempo atrás que abarcó todo el Golfo de México y que provocó la destrucción de todas las costas del Golfo de México. Otro ejemplo muy famoso es Chernóbil, también hay otros vertidos de petróleo, tóxicos o químicos. Estamos hablando de desastres que a veces son transfronterizos o que afectan a todo un ecosistema.

¿Cómo están viendo a México desde Stop Ecocidio Internacional?

Nosotros vemos a México como una gran oportunidad porque es líder en la región y en este momento hay un gobierno que es favorable a los temas ambientales como probablemente no lo ha habido en muchísimo tiempo. Entonces, tenemos la oportunidad de que México, idealmente para nosotros, lidere un movimiento en América Latina.

Hay tres estados del Asia-Pacífico que presentaron un estatuto de enmienda de la corte penal internacional para incorporar el crimen de ecocidio. En este momento, la corte penal internacional conoce del genocidio, los crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y de agresión, entonces la idea es incorporar allí el quinto crimen. Y son estos tres estados insulares los que lo han hecho y al mes siguiente, en la COP16 de biodiversidad, se sumó por África, la República Democrática del Congo, es decir un país potente en África que se ha sumado y respaldado públicamente esta iniciativa y colabora activamente con nosotros.

Entonces, estamos pensando ¿cuál será el primer país latinoamericano en hacerlo? Y por eso estamos aquí en México. Quizá por su importancia en la región es quien podría liderar este proceso, eso es lo que buscamos.

El mundo actual está tensionando los recursos naturales y México es un país, no solamente bellísimo con gente maravillosa, sino también con muchísimos recursos naturales y por tanto se expone a cada vez más esta depredación de las zonas que se mantienen vírgenes o protegidas, pero esto está pasando en todo el mundo porque los lugares donde se podía extraer oro, cobre y estas tierras raras que son necesarias para todo lo digital, lo fácil ya se sacó. Entonces, ahora se están yendo a lugares vírgenes donde habitan pueblos originarios o incluso, bajo el mar, esta llamada minería submarina. Es un fenómeno que está ocurriendo en todo el mundo y la forma de proteger a la naturaleza, hay muchas, pero una de ellas, necesaria, es que los mayores desastres naturales se conviertan en un crimen nacional e internacional.

Rodrigo Lledó Vásquez,director para las Américas de Stop Ecocidio Internacional.
Rodrigo Lledó Vásquez,director para las Américas de Stop Ecocidio Internacional.

 

¿Por qué México tiene esta oportunidad de elevar el ecocidio a un delito internacional y cuáles son las ganancias que como país tendría?

El mundo está cambiando, hay una tensión en el mundo completo. Pero algunos están haciendo cosas para retroceder y otros están haciendo cosas para avanzar y una de las cosas que necesitamos es un cambio de paradigma para empezar a tomarnos en serio la protección del medio ambiente porque nos está pasando factura ya pero también va a pasar factura a la siguiente generación.

Necesitamos una transformación a nivel internacional que implique que el respeto al medio ambiente ya no sea una cosa opcional, es necesaria para las futuras generaciones y México tiene una importancia en la región no solamente por su población sino también por sus recursos naturales y por la importancia que tiene en el contexto geopolítico latinoamericano.

Creo que lo primero es que se sepa, se conozca, que se debata, qué es el ecocidio y recibir las críticas constructivas por eso vamos a universidades a debatir esta definición técnica sobre los aspectos técnicos que comprende la adopción de ecocidio en el contexto nacional e internacional.

Como un siguiente paso es también que el gobierno y los parlamentarios la conozcan. Hay varios que están esperando que México lidere este proceso y nos han dicho que, si México lo lidera, ellos lo secundarían.

Pero también a nivel nacional, otro paso es que se adopte a nivel federal. En este momento hay tres estados mexicanos que tienen el ecocidio incorporado en su código estatal federal es el caso de Ciudad de México, de Chiapas y de Jalisco. Y ha habido tres proyectos de ley aquí en México, pero por desgracia no han llegado a puerto porque, de acuerdo con la constitución mexicana, si el proyecto de ley no alcanza el consenso necesario para que se apruebe, decae. Creemos que, si el gobierno está de acuerdo y se suma a esto a nivel internacional, el parlamento podría legislar bien y generar un consenso en torno al ecocidio.

Más o menos esa sería la hoja de ruta: primero, que se conozca, que se sepa, que se debata. Luego que tanto gobierno como parlamentarios estén por la labor de adoptar el ecocidio a nivel internacional y luego la legislación federal.

¿A qué atribuyes que exista resistencia de los gobiernos a adoptar este ecocidio como crimen nacional e internacional?

No hay ninguno estado que nos haya dicho: esto es una locura, no lo vamos a hacer. Todos han dicho que les parece muy interesante y muy atractiva la idea, pero luego, a la hora de legislar, allí se nota quién tiene más compromiso que otros.

Creo que lo que sucede es que detrás de los estados, de los gobiernos, hay grandes empresas que son los donantes de las campañas y que de alguna manera los gobiernos tienen convivencia con estas empresas a las que les interesa tener una legislación ambiental suave que no los complique y que no les haga ganar menos dinero y al final, es un problema serio porque por definición, la empresa privada siempre busca su mayor beneficio al menos coste posible. Eso será siempre el problema: los estados o los gobiernos que no son lo suficientemente firmes para tener una legislación adecuada.

Mire, se puede hacer negocios, sí. Pero hay que respetar unas ciertas normas. Tenemos una línea de trabajo con empresas. No solo nos interesa convencer a los gobiernos sino también a las empresas para decirles: miren, esto no va en contra de ustedes, esto va en beneficio del planeta, son medidas para el futuro, aunque en el corto plazo se gane un poco menos de lo que se esperaba en un principio.

Aquí tenemos el caso de desarrollos como el tren maya o de programas federales muy cuestionables como Sembrando Vida, ¿cómo conciliar las agendas de desarrollo que impulsan los gobiernos con la protección de los recursos naturales?

Para nosotros es una falsa dicotomía el desarrollo versus la protección de la naturaleza. Es como la falsa dicotomía que existe entre la seguridad pública y el respeto a los derechos humanos. Ambos deben ser protegidos.

La naturaleza puede ser protegida y puede haber desarrollo al mismo tiempo. Es decir, se podría haber hecho el Tren Maya de una manera más respetuosa al medio ambiente, tal vez hubiera costado más, pero merece la pena ese coste adicional.

Es lo mismo que les decimos a las empresas, nosotros no estamos en contra de las empresas. Al contrario, tiene que haber desarrollo, progreso, sin embargo, la empresa tiene que adoptar medidas de prevención de destrucción ambiental, aunque esas medidas cuesten. A la larga, lo que va suceder es que la empresa quizá va ganar un poco menos en ese proyecto, pero a mediano y largo plazo ganamos todos porque esos paraísos en la tierra que están todavía vírgenes y que hay que preservar, van a redundar en un beneficio no solo para nosotros sino para las generaciones que vienen.

México tiene un componente de violencia de los defensores ambientales particularmente en quienes trabajan contra la tala o deforestación, ¿qué lectura le dan a este fenómeno?

Realmente México es uno de los países más peligrosos de América Latina para ser defensor ambiental. Afortunadamente, México ha ratificado el Acuerdo de Escazú que es un Acuerdo que no solamente vela por el acceso a la información en materia ambiental, por el acceso a la justicia y a la participación en cuanto a medidas sobre medio ambiente, sino que también tiene un componente de protección de los defensores ambientales.

En relación con el ecocidio, los defensores y el medio ambiente, en la medida en que se establezca el ecocidio como un crimen internacional, fijese usted que le estamos dando la vuelta porque muchas veces los defensores ambientales son perseguidos por el Estado o por las empresas como algo molesto, son percibidos como gente que está al margen de la ley o que hacen cosas indebidas cuando en realidad están protegiendo al medio ambiente.

Si se establece el ecocidio va quedar claro quiénes son los que están realmente dañando el medio ambiente, los que están cometiendo un delito nacional e internacional y que los defensores son solamente defensores de esta legalidad que se tiene que establecer. Esto es un giro de 180 grados para señalar quiénes están destruyendo al medio ambiente como responsables de una ilegalidad.

¿Qué destacarías para que México se sitúe frente a estos impactos y frene estos ecocidios?

La meta es que el ecocidio se convierta cuanto antes en un crimen a nivel nacional e internacional. Hay otros países que lo están haciendo, el ecocidio ya existe en Bélgica, por ejemplo. Luego hay una directiva en la Unión Europea sobre delitos ambientales en general y allí se incorpora una figura equiparable al ecocidio. Hay un proyecto de ley en Países Bajos, Italia, Turquía en Escocia a nivel local y en América Latina ha habido proyectos de ley en Bolivia, en Brasil, hay otro en Argentina, en Perú, Chile ya tiene adoptado el ecocidio en su código penal interno, aunque con otro nombre que se llama grave afectación ambiental y también está reconocido el ecocidio en Colombia entonces la idea es que también exista en México.

Como decía, a nivel estatal hay tres estados que sí lo tienen que son: Chiapas, Jalisco y Ciudad de México, el objetivo es ese, que sea sancionable a nivel nacional e internacional.

El ecocidio no excluye otros delitos ambientales. Es necesario que exista la otra legislación ambiental preventiva, incluso sancionadora, pero el ecocidio pretende ser el peor crimen de los que hay, comparable con el genocidio, con los crímenes de lesa humanidad, entonces, tiene que estar en todas las legislaciones del mundo cuanto antes.

Por último, ¿podrías citar 5 motivos por los que un gobierno debe apostar a elevar el ecocidio como un crimen de estado?

El primero, es proteger su propia soberanía. La propia soberanía se protege de las grandes corporaciones internacionales, de la depredación, cuando se les pone límites. La inversión extranjera es necesaria y es bienvenida, pero tiene que hacerse con límites éticos y claros límites ambientales. Eso es lo primero.

Lo segundo es proteger a la gente, a tu población, a tus compatriotas. Si tú eres un gobierno, debe ser prioridad proteger a tus propios ciudadanos de la contaminación que producen grandes corporaciones con grandes proyectos extractivistas.

Lo tercero, es proteger tus propios sistemas nacionales. Tener el crimen de ecocidio protege inmediatamente a los ecosistemas.

En cuarto lugar, tenemos un efecto disuario. Durante mucho tiempo se dijo: el que contamina, paga. Pero eso no ha sucedido porque el que paga no es la empresa, sino que la empresa traduce a precios y pagamos los consumidores. Entonces, no hay un efecto disuasorio. La responsabilidad por estos grandes desastres ambientales tiene que ser individual y el ecocidio va hacia eso.

La quinta razón, son las generaciones. Nuestros nietos, nuestros bisnietos. Se dice que estamos viviendo como humanidad por encima de nuestras posibilidades y eso es posible gracias a que hay una complicidad a nivel internacional entre estados y entre empresas que tienen una visión de corto plazo: ganar la mayor utilidad, al menor coste posible. Los gobiernos tienen plazos de cuatro o cinco años, dependiendo de la legislación de cada país, pero son plazos muy cortos. Hay que aprender a pensar a mediano y largo plazo y a vivir con la naturaleza porque eso va dejar un planeta más habitable para las generaciones que vienen después de nosotros.

ENTÉRATE

¿Qué es Stop Ecocidio Internacional?

Es una organización sin fines de lucro creada en noviembre de 2019 en los Países Bajos por la abogada Polly Higgins (1968-2019) y la actual Directora Ejecutiva Jojo Mehta para apoyar el creciente movimiento mundial para convertir el ecocidio en un crimen internacional. Su trabajo consiste en activar el apoyo intersectorial global a través de la colaboración con diplomáticos, políticos, abogados, líderes empresariales, ONG, grupos indígenas y religiosos, expertos académicos, movimientos sociales y particulares.