Las plantaciones forestales de árboles de Navidad son una medida de mitigación al cambio climático porque su cultivo incrementa la superficie de bosques favoreciendo la liberación de oxígeno y captura de dióxido de carbono durante su crecimiento. Al final de su vida útil, devuelven nutrientes al suelo.
Zacapu, Michoacán. En el negocio de Xicoténcatl García Ordaz se venden árboles de Navidad que salen del bosque listos para decorar un hogar, oficina o cualquier espacio que usted decida, pero al concluir la temporada decembrina, están listos para regresar a la tierra cumpliendo así el ciclo ecológico que promueven productores locales para generar beneficios ambientales y económicos.
Con más de una década de experiencia, este productor forestal oferta árboles naturales de Navidad con el entusiasmo que proviene de haberlos sembrado en su parcela, respetar sus ciclos de crecimiento, protegerlos frente al impacto del clima, darles estructura con podas de formación, cuidarlos de plagas o enfermedades, para luego, después de seis u ocho años de cuidados continuos, cultivarlos con la satisfacción de que su plantación forestal ayudó a la regeneración del bosque y suelo michoacano.
“Cuando uno conoce el proceso y sabe cómo es desde que plantas el árbol hasta que lo cosechas, todo el ciclo ecológico es muy emocionante y te das cuenta que la mejor forma de cuidar el bosque es trabajándolo, de esa manera ves cómo contribuyes y generas algo positivo para el medio ambiente”, confiesa en entrevista con Evlyn.Online

Se inició hace diez años en el negocio de los árboles de Navidad naturales por invitación de la Comisión Nacional Forestal (Conafor). Inicialmente, sembró pinos de especies nativas como el oyamel o ayacahuite, pero descubrió que si quería competir en el mercado nacional e internacional tenía que sembrar pinos douglas fir.
“Entramos a un programa para cultivar los árboles navideños en donde erróneamente Conafor incentiva el cultivo con unas especies que realmente no tienen mucho mercado y no resultan rentables para la producción, son las especies endémicas que se cultivan aquí en el país. Sin embargo, sobre la marcha en el proceso, fuimos aprendiendo que la especie que realmente es rentable, tiene mercado y es la que compite con la importación es la especie de pino douglas fir y esa es ahora en la que nos estamos enfocando para que el negocio realmente sea negocio y sea rentable”, explica.
La Conafor estima que anualmente se compran en el país entre 1.6 y 2 millones de árboles naturales de Navidad de los cuales solo el 40 por ciento se producen en México y el resto son importados de Estados Unidos y Canadá. La principal demanda se presenta en noviembre y diciembre.
Aunque México tiene una amplia variedad de pinos nativos, los de la especie douglas fir (Abeto Douglas) son los más demandados como árboles de Navidad por su forma de conífera, su aroma y su madera.
“Como productores nacionales necesitamos ir ganando terreno y competir con los de importación. Se tiene que producir más el árbol de la especie Douglas fir a nivel nacional, que es el que se importa de Estados Unidos y Canadá. Este es el árbol que puede competir realmente con las importaciones, pero los productores aquí habemos muy pocos que ya estamos intentando producir más de esta especie”, reconoce.

Xicoténcatl está convencido de que, si la Conafor promueve un plan de producción nacional con metas definidas para plantaciones forestales de la especie douglas fir, los productores forestales mexicanos podrían satisfacer más el mercado nacional y competirle a la importación.
“Invito a las autoridades a que se pueda tener un acercamiento con los productores para desarrollar un buen plan a nivel nacional, un plan estratégico que sea a 15 o 20 años en donde se delimiten bien ciertas metas u objetivos para que se esté produciendo el árbol que requiere el mercado, me refiero al douglas y que, de esa manera, el mercado nacional pueda hacerle frente a la importación si no en la totalidad, sí en su mayoría a la demanda que requiere el mercado”, propone.
Además de fortalecer la economía de quienes los cultivan de forma sustentable, comprar un árbol natural de Navidad es la opción más ecológica para disfrutar de las fiestas decembrinas con aroma a bosque por eso Xicoténcatl pide a la sociedad adoptar una cultura ecológica que promueva el consumo de pinos navideños mexicanos.
“Nos compete mucho a los productores y a las autoridades para que la sociedad tenga esa información y se promueva más una cultura ecológica, que la gente tenga la certeza de que consumir un árbol natural es muy amigable con el medio ambiente, es muy ecológico y por el contrario como se cree, porque algunas personas o instituciones tienen la creencia de que para cuidar el medio ambiente, no hay que consumir un árbol natural”, enfatiza.

Silvia Murillo Cardoza, coordinadora general de producción y productividad de la Conafor, destaca que entre 2019 y 2025, la superficie de plantaciones forestales en el país pasó de 9 a 103 hectáreas.
Se estima que México tiene capacidad de producir hasta cuatro millones de árboles de Navidad cada año principalmente de tres especies: Abeto, Oyamel y Ayacahuite.
“La principal ventaja que tienen los importados es el volumen, los productores de EU y Canadá manejan volúmenes muy grandes y evidentemente eso abarata sus costos entonces, en el caso de México, estamos hablando de productores rurales que tienen pequeñas porciones de terreno. No pensemos que son extensiones enormes, son extensiones chiquitas y generalmente son unidades de producción familiar. Es un medio que tienen para obtener ingresos. El principal reto es que se enfrentan a un mercado muy grande, con una oferta mucho más grande, contra una oferta más limitada y que los productores están un poquito más aislados aquí. Estamos trabajando en hacer una red de árboles de navidad, pero todavía ahorita trabajan de manera muy aislada”, reconoce Murillo en entrevista con Evlyn.Online
Para fortalecer el mercado nacional, se invita a adquirir los árboles directamente en los puntos de venta que tienen los productores forestales, los cuales pueden consultarse en este Directorio Nacional de Productores de Árboles de Navidad.

El Estado de México, Ciudad de México, Puebla, Tlaxcala y Veracruz, concentran la mayor producción de los árboles naturales de Navidad.
“Tenemos cerca de 200 productores registrados en nuestra red y es una forma de tener más bosques. Nosotros fomentamos que se siembren en terrenos que no son forestales. Generalmente, se trata de áreas aledañas a los bosques pero que en algún tiempo fueron dedicadas a la agricultura, el pastoreo y que esta oportunidad de sembrar árboles de Navidad primero, te ayuda a incrementar tu superficie boscosa, es un medio de vida porque eventualmente va generar recursos para quien lo produce, y al incrementar tu superficie boscosa es un beneficio para la fauna, el clima, para las familias y los consumidores”, agrega Murillo.
Para la coordinadora general de producción y productividad de la Conafor, el reto principal es cambiar la visión del consumidor para que, en vez de un árbol artificial, se incline por comprar uno natural comprendiendo el impacto ambiental que tiene cuando elige llevarlo a casa o a cualquier espacio como símbolo de celebración navideña.

A nivel de suelo, explica, las plantaciones forestales de árboles de Navidad contribuyen a combatir la erosión y se facilita la filtración de agua de lluvia. A nivel atmosférico, la calidad del aire mejora porque hay mayor almacenamiento de dióxido de carbono y una vez que el árbol concluye su vida útil, regresa a la tierra a través de un proceso de reciclaje que lo transforma en composta, la cual muchas veces es utilizada para mejorar los jardines de las ciudades.
“La temporada nos invita mucho a la reflexión, a analizar qué hemos hecho a lo largo del año, consumir un árbol natural no sólo tiene muchos beneficios para tu casa porque es un árbol mucho más bonito, le va agregar color, olor, y más espíritu navideño a tu casa pero además de eso, estás ayudando a un montón de familias del sector rural que tienen esta producción como su medio de vida. Por cuestiones de presupuesto, tenemos una meta chiquita que puede ir de 200 y 500 hectáreas al año, pero sí se mantiene como una línea de trabajo permanente tanto el establecimiento de plantaciones nuevas como el mantenimiento de plantaciones que ya fueron sembradas”, apunta.
En México, la mayoría de los productores que se dedican a esta actividad son familias del sector rural y es una forma de proveerse ingresos a partir de sus parcelas de bosques, pero todavía enfrentan el reto de mejorar la cadena de comercialización.
VIGILA PROFEPA ÁRBOLES DE NAVIDAD IMPORTADOS
Para evitar el ingreso de plagas o enfermedades forestales, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) activa en la temporada decembrina el Operativo de Verificación e Inspección a la Importación de Árboles de Navidad a través del cual se verificó, en un primer corte, a 132 mil 984 árboles en este 2025.
La mayoría de los árboles inspeccionados fueron 108 mil 312 (81.44%) de la especie Abeto Douglas, otros 23 mil 442 (17.62%) fueron ejemplares de Abeto Noble, y otros mil 230 correspondieron a Abeto Nordmann.
El operativo se lleva a cabo en cumplimiento de la Norma Oficial Mexicana NOM-013-SEMARNAT-2020, que establece las medidas fitosanitarias para la importación de árboles naturales de los géneros Pinus y Abies, así como de la especie Pseudotsuga menziesii.

La inspección se realiza principalmente por los puntos fronterizos de Tijuana y Mexicali, Baja California; Piedras Negras, Coahuila; Zaragoza, Chihuahua; Colombia, Nuevo León; San Luis Río Colorado y Nogales, Sonora; Reynosa y Nuevo Laredo, Tamaulipas, provenientes de los Estados Unidos.
Mediante revisiones oculares, muestreos dirigidos y análisis de laboratorio, se detecta la posible presencia de plagas cuarentenarias o enfermedades en los árboles. En caso de encontrar organismos de riesgo, los ejemplares son retenidos o devueltos a su país de origen.
SUPERFICIE NACIONAL DE PLANTACIONES DE ÁRBOLES DE NAVIDAD
Fuente: Conafor
2019 = 9 hectáreas
2020 = 2 hectáreas
2021 = 49 hectáreas
2022 = 5 hectáreas
2023 = 31 hectáreas
2024 = 83 hectáreas
2025 = 103 hectáreas
