Ismael es un guardaparque adscrito a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y recientemente fue reconocido con el Premio Internacional de Guadaparques 2023 que otorga la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN),
Ángel Albino Corzo,Chiapas. Ismael Gálvez Gálvez sabe que morirá internado en la espesura de la selva y las montañas que bordean el bosque de niebla de la Reserva de la Biósfera El Triunfo.
Esta es la certeza de un hombre que, con apenas 6 meses de vida, llegó a vivir aquí y desde entonces, ha crecido siendo parte de este mundo natural dominado por el canto de los quetzales, los gruñidos de jabalís, el aullido de los monos y muchos otros sonidos que hacen eco en las más de 119 mil hectáreas que conforman esta Área Natural Protegida (ANP).
“La Reserva siento que es mi vida y mi casa hasta el último día de mi vida porque pues aquí me crie y me siento arraigado y el ave, para mí mi favorita, es el quetzal por su forma de volar, por sus colores y por su nobleza”, confiesa en entrevista con Evlyn.Online
Mejor conocido como “Don Chima”, Ismael es un guardaparque adscrito a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y recientemente fue reconocido con el Premio Internacional de Guadaparques 2023 que otorga la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El reconocimiento enaltece sus 44 años de servicio como guardaparque de esta Reserva y le recuerda al mundo que su trabajo es crucial para el planeta porque personas como él, son los guardianes de las riquezas naturales y culturales que hay en las ANP. Además, son ellos quienes enseñan a la población los beneficios de la naturaleza cuando sus recursos se usan racionalmente.
“Para mí fue una alegría, una suerte que me crie aquí y ahora sí que me familiaricé con la Reserva viéndola diario, saliendo a campo con mis papás. Siempre que salía me gustaba todo lo que se veía en el caminar. Veíamos las aves y veíamos monos, jabalís, eso a mí me emocionaba”, recuerda.
Para realizar su trabajo, “Don Chima” hace recorridos al interior de la Reserva que pueden durar de cinco a ocho días caminando. Cada jornada laboral le implica atravesar diferentes regiones de la Sierra Madre de Chiapas cruzando por el bosque mesófilo de montaña o la selva tropical húmeda del soconusco. Va equipado con un GPS, binoculares, una lámpara, impermeable, ropa, también algo de agua y comida.
“Uno nada más empieza a caminar una, dos o tres horas, y ya le empieza a dar hambre. Tenemos que llevar nuestras comidas y andar lo más ligero para poder aguantar de cinco a ocho días que dura la comisión que hacemos. Tomamos nota sí de todo lo que se mueve. Llevamos libretas de campo, también cámaras para tomar fotografías”, explica.
En sus largos recorridos, este guardaparque se expone a temperaturas cálidas y húmedas, aunque también le toca sortear lluvias torrenciales, según la estación del año. Pero su misión siempre es la misma: observar y registrar todo lo que le parece relevante de la flora y fauna de su entorno, así como de las condiciones de aprovechamiento de los recursos naturales.
El Triunfo es una de las Reservas más diversas del país, su programa de manejo la identifica en el segundo lugar en número de especies entre ellas, algunas en peligro de extinción o amenazadas como el pavón, quetzal, tángara de alas azules, pajuil, jaguar, tapir, ocelote y tigrillo. También es considerada como un centro de endemismos de aves, de mariposas y de la familia de salamandras Plethodontidae.
Además, la Sierra Madre de Chiapas es una de las regiones más importantes de hábitat crítico para las aves migratorias, y uno de los sitios prioritarios para su conservación a nivel internacional.
“De todo lo relevante que se vea en nuestro recorrido se tienen que tomar los datos: la hora, el lugar, las altitudes, las coordenadas, para entregar nuestros reportes como debe de ser. La Reserva cuenta con varios tipos de vegetación como es selva baja, bosque mesófilo de montaña y bosque matorral de niebla, pocas Reservas lo tienen y El Triunfo es una de ellas. Cuenta con todos los recursos como es fauna y flora hablando de los quetzales, también tenemos mamíferos grandes como es el tapir, jabalí, venado, tenemos mono araña, puma, jaguar, y eso la hace ser una Reserva con todos sus recursos naturales”, comparte.
Desde 1980, “Don Chima” trabaja como guardaparque en este lugar. Inició patrullando la Reserva en su zona núcleo, de amortiguamiento y de influencia. En cada patrullaje siempre se detiene a platicar con las personas que habitan por aquí porque entre sus funciones está educar y transmitir a otros la importancia de proteger el ANP.
Como guardaparque tiene bajo su responsabilidad tareas como compilar información de especies en peligro de extinción, promover proyectos de restauración, ejecutar estrategias de manejo, elaborar programas de protección contra incendios forestales, generar bases de datos con información biológica, realizar actividades administrativas y sobre todo, vigilar que no ocurran ilícitos.
Este trabajo lo comparte con otros ocho guardaparques de los cuales tres están adscritos a la Conanp al igual que él.
“Tenemos alrededor de 134 comunidades entre ejidos y pequeñas propiedades entonces tenemos que trabajar con ellos para que nos apoyen en la conservación de los recursos. Hacemos caminatas dentro del bosque para ver algunos detalles como ir a sus parcelas, ir a ver qué está pasando entre ellos y comentarles todo lo que se puede hacer dentro y lo que no se puede porque ahorita ya la tala no hay permisos, nada más hay que seguirles recordando. La mayoría ya está consciente y están trabajando lo que ya tienen cultivado, por ejemplo, sus parcelas de café ya que en la parte alta de la sierra nada más cultivan el café. Ya en la parte baja cultivan maíz, café, frijol”, detalla.
Este trabajo de “Don Chima” y sus compañeros guardaparques con las personas que habitan en la Reserva es estratégico para conservación de los servicios ambientales. El Triunfo se localiza en una región que recibe la mayor cantidad de lluvia del país y la cubierta forestal de sus bosques actúa como esponja que absorbe la humedad originando un alto aporte de agua.
“Los bosques son los que purifican el aire, nos brindan los arroyos que se alimentan de los ríos. Gracias a los ríos tenemos energía eléctrica para nuestras comunidades y nuestras ciudades. Les pedimos a los campesinos que sigamos trabajando como lo hemos hecho desde hace tiempo y lo que tienen todavía de bosque pues cuidarlo, que ya no nos pase lo que está pasando con el calentamiento global. También pedirles que su basura la dejen donde la pueda recoger un camión y bajarla a los basureros públicos para no dejarla en todos lados ya que lo arroyos se llenan cada vez más de basura, eso es lo que yo les pido, en buena onda, porque es el patrimonio de nosotros los adultos y de los niños, y para las futuras generaciones”, enfatiza.
Después de 44 años de servicio como guardaparque, confiesa que su principal miedo son los incendios forestales porque ya sabe lo que es ver la Reserva amenazada por el fuego. En 1998, dice, se quemaron varios puntos de El Triunfo.
“El miedo que yo tengo y creo que todos lo tenemos es que se incendien las partes altas donde la materia orgánica es demasiada. Cuando un incendio pasa por allí, para poderlo apagar cuesta mucho porque está muy profunda la materia muerta así es que ese es uno de los puntos preocupantes y algunas personas que a veces se quieren meter para sacar algo como son plantas para ornato o madera de contrabando, pero hasta ahorita, gracias a Dios, en los puntos más problemáticos tenemos presencia para evitar este tipo de cosas”, agrega.
Se dice que nadie cuida lo que no conoce y la mejor manera de dimensionar la importancia de esta ANP es visitándola y el sitio más accesible para hospedarse, recomienda, es el campamento El Triunfo porque está equipado con cabañas, así como senderos que hacen más fáciles los recorridos.
Antes de despedirse, “Don Chima” lanza un último mensaje:
“¡Que todo mundo cuidemos lo que hoy todavía nos queda!”
