Río Lagartos, Yucatán. En 2019 enfrentaron una sequía que obligó a sus cuidadores a proveerles agua; en 2020 sortearon los embates de cuatro ciclones y tormentas. Ahora en 2021, los flamencos rosados llegaron a su tradicional sitio de anidación dentro de la Reserva de la Biósfera Ría Lagartos para iniciar su ciclo de reproducción, pero lo encontraron inundado.
Igual que las personas lidian con las consecuencias de eventos climáticos cada vez más extremos, los flamencos de la Península de Yucatán están intentando adaptarse a los embates del cambio climático y Cristóbal Cáceres G. Cantón, director de la Reserva de la Biósfera Ría Lagartos, ya observa una variación en el inicio de la temporada de reproducción del flamenco atribuible a la modificación del clima.
Normalmente la temporada de reproducción de esta especie inicia entre marzo y abril al interior de la Reserva Ría Lagartos -el único sitio en México de reproducción y alimentación del flamenco-pero este año comenzó desde enero.
“Este año fue muy atípica la presencia de flamencos porque empezaron a llegar en enero. Nos empezamos a dar cuenta que estaban adelantando su ciclo reproductivo para prevenir cualquier tipo de situación climatológica. Empezaron a conglomerarse en el sitio, empezamos a ver unos parches de flamencos – más o menos mil- y empezaron a escoger el sitio adecuado en virtud de que en el sitio donde normalmente anidan o escogen para reproducirse, todavía estaba muy crecida el agua por efectos de las lluvias del año pasado”, explica Cristóbal en entrevista con Evlyn.Online
Cristóbal, quien tiene más de 15 años trabajando por la conservación del flamenco a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), ha sido testigo de que tanto la especie como el hábitat de reproducción están cambiando.
En 2019, recuerda que él y sus colegas tuvieron que proveerles agua a los polluelos que acababan de nacer debido a que la Península de Yucatán estaba inmersa en una sequía que se prolongó durante varios meses.
“Fueron acciones desesperadas que estábamos haciendo para no dejar caer esta especie por la problemática del cambio climático. Tuvimos que llevarles agua a los flamencos, es decir, tuvimos que llevar pipas de agua para llenar la zona de anidación porque ya habían nacido los polluelos y los polluelos se alimentan de agua dulce. Fueron unas 7 pipas como de 3 mil litros, que es nada en comparación con las dimensiones del Estero”, recuerda.
Un año después, en 2020, los flamencos disfrutaban su estancia reproductiva en gran parte porque, debido a la pandemia de Covid-19, casi no hubo visitantes en la Reserva Ría Lagartos y por tanto, no estuvieron expuestos a ninguna perturbación humana. Pero cuando más cómodos estaban reposando en el Estero, fueron impactados por cuatro huracanes y tormentas.
Ahora que han vuelto este año a la Reserva para iniciar su periodo de reproducción, encontraron inundado su sitio de anidación y los flamencos – en un intento por adaptarse – eligieron sitios más elevados para anidarse.
“El año pasado la Península fue un caos porque había inundaciones por todos lados. Hoy por Hoy se sigue viendo que no han bajado en su totalidad los niveles de agua en el sitio de anidación entonces, por supuesto que, ante estos embates del cambio climático, los flamencos han buscado específicamente este año zonas más elevadas para construir sus nidos. Es decir, lugares más lejos para la percepción y para el monitoreo cuando normalmente estaban por excelencia en un sitio”, señala.
Cristóbal destaca que, aunque los flamencos tienen la habilidad de percibir los cambios atmosféricos y eso les permite adelantar su salida de una zona donde posiblemente impactará un ciclón, un huracán o una tormenta, lo cierto es que, al verse obligados a abandonar la Reserva, interrumpen su proceso natural de madurez.
“El problema es que algunas veces el flamenco comienza a mudar de agosto a octubre justo cuando comienza la temporada de huracanes aquí en la Península de Yucatán y que todos estamos alertas en estos tiempos y pues no les da tiempo de poder hacer esa permuta de plumaje porque cuando los flamencos nacen son de color gris y conforme va pasando el tiempo, en su adultez van cambiando a color rosa y es cuando empiezan a volar”, indica.
Si los huracanes afectan al ser humano, “¡Imagínate a un ave en vida silvestre!”-recalca Cristóbal.
Ante los embates de una tormenta, un huracán, un evento de norte o un ciclón, los flamencos son muy frágiles y pueden perder muy rápido una pata, un ala o incluso, morir.
ADEMÁS, EL FLAMENCO TIENE OTRA AMENAZA … EL PELÍCANO
Los impactos del cambio climático no son la única amenaza. El flamenco también tiene una lucha por la supervivencia frente a especies que se alimentan de él en la Reserva de la Biósfera Ría Lagartos tales como el cocodrilo, el jaguar y ahora también ¡el pelícano!
Cristóbal Cáceres G. Cantón, director de la Reserva de la Biósfera Ría Lagartos, solía contemplar pelícanos blancos metidos entre los flamencos rosados y, a lo lejos, la imagen resultaba una atractiva composición de contrastes de colores. Pero a partir de este año, él y su equipo constataron que el pelícano ya formaba parte de la cadena alimenticia.
“Los flamencos rosas y los pelícanos blancos decíamos ¡qué padrísimo!, pero nunca nos habíamos fijado específicamente qué hacía el pelícano allí con los flamencos, pues resulta que este año iniciamos un monitoreo con unas cámaras súper potentes para poder monitorearlos y descubrimos que tenemos una especie más que se alimenta de los flamencos que son los pelícanos: no de los flamencos adultos sino de los polluelos”, comparte.
El director de la Reserva confiesa que igual le espantó enterarse que los cocodrilos y el jaguar se alimentan de flamencos, pero destaca la importancia de recordar que las especies están en vida silvestre y esa competencia por la supervivencia es natural en la cadena alimenticia.
PESE A TODO, ES UNA ESPECIE EXITOSA
A pesar de las variaciones climáticas y la lucha por la supervivencia, el flamenco ha dado señales de ser una especie exitosa en su capacidad de adaptación. En el ciclo reproductivo de la temporada 2021 se estima una cifra preliminar de 15 mil nidos y una población de 30 mil ejemplares adultos.
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), desde 1999, ha trabajado en la conservación de esta especie mediante el Programa de Conservación del Flamenco del Caribe, en coordinación con organizaciones de la sociedad civil como Niños y Crías A. C. y Fundación Pedro y Elena Hernández A. C.
“Los flamencos durante su vida reproductiva pueden tener hasta 25 polluelos. Normalmente tienen un huevo por año y entran a la edad adulta entre los 3 y 4 años cuando se convierten en flamencos potencialmente reproductores, sin embargo, entre el segundo y tercer año empiezan a hacer sus ensayos y apostarse en sus nidos para que en la siguiente temporada puedan reproducirse”, detalla Cristóbal Cáceres G. Cantón, director de la Reserva de la Biósfera Ría Lagartos.
Para monitorear su supervivencia y conocer cuál es su desplazamiento, cada año Cristóbal encabeza el programa de anillamiento de flamenco que consiste en invitar a la sociedad a capturar 500 polluelos nacidos en la Reserva para luego anillarlos y regresarlos a la vida silvestre. Esta faena comienza a las 3 de la mañana e implica todo un día sumergido en el Estero que ocupan los flamencos.
Hasta ahora se han anillado un total de 6 mil 845 flamencos en la Reserva Ría Lagartos.
A cada ejemplar se le colocan dos anillos: uno de color amarillo con letras negras que lo identifica internacionalmente como un flamenco nacido en la Península de Yucatán y otro de metal que se registra en un Banco Mundial de Información.
Gracias a estos anillos, explica Cristóbal, se ha podido constatar que los flamencos pueden volar a una velocidad de entre 65 y 70 kilómetros y pueden recorrer una distancia de hasta 300 kilómetros sin descanso. Algunos han llegado hasta Cuba en un mismo día.
“Se han encontrado flamencos nacidos en Ría Lagartos en las costas de Texas, en Louisiana, en Florida, en Cuba donde se tiene un mayor registro de observaciones, así como en Bahamas y las Islas Caimán. Y podemos ingerir que hay un intercambio genético entre ejemplares que están en Cuba y los ejemplares que están aquí en México y eso ha tenido un gran éxito en la reproducción de esta especie”, expone.
En los 15 años que tiene trabajando por la conservación de la especie, Cristóbal guarda dos momentos trascendentes en su carrera: aquella vez que su hijo le confesó que le gustaría ser biólogo como él para proteger a las especies y una ocasión en la que tuvo de visita a una estudiante de Monterrey que le tomó más de dos mil fotos al primer flamenco que llegó a la Reserva en un año de reproducción.
“A veces no valoramos la especie, ni su hábitat, ni su ecosistema. Yo he visto personas que lloran al ver los flamencos en un sitio, ¡imagínate ver una mancha rosada de 35 mil ejemplares!, te impresiona. Es algo totalmente maravilloso”, confiesa.
El principal reto hacia futuro, señala, es promover la colocación de rastreadores satelitales a los pelícanos para monitorear a los flamencos y construir una base sólida científica los sitios de anidación, reproducción, alimentación y de descanso que tiene la especie a lo largo de un año.
5 DATOS QUE DEBES SABER DEL FLAMENCO
Fuente: Conanp
1.- El flamenco rosado desarrolla su ciclo vital a lo largo del norte de la Península de Yucatán, con desplazamientos de casi 300 km
2.- Los mayas consideraban al flamenco como una especie carismática y consideraban como un privilegio tenerla a sus alrededores e incluso esta ave quedó plasmada en sus zonas arqueológicas.
3.-El color rosa del flamenco se atribuye a que se alimenta de la artemia salina, un crustáceo de color rosado que es parecido al camarón, pero más chiquitito.
4.- Durante su vida reproductiva pueden tener hasta 25 polluelos.
5.- Cada año, entre 30 y 50 mil personas acuden a la Reserva de la Biósfera Ría Lagartos para contemplar los flamencos.