Mientras Filomena y sus vecinos continúan en resistencia para exigir la reparación del daño ambiental, la mina Buena Vista del Cobre, propiedad de Grupo México, continúa operando con normalidad en su territorio.

Hermosillo, Sonora. “Que no me pidan paciencia”, “Que no me pidan paciencia”, pensaba María Filomena Bonilla Oliva mientras participaba, en mayo, en el encuentro que tuvieron los Comités de Cuenca del Río Sonora con autoridades ambientales encabezadas por la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcena Ibarra, y el gobernador Alfonso Durazo.

“Y eso es lo primero que vinieron a pedir: paciencia. Tuvimos reunión en mayo de este año y no se ha avanzado nada. Por primera vez vino el Gobernador Alfonso Durazo a la reunión con la Secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcena, pero no se ha avanzado en nada. Todo se quedó en la foto. Ya hay mucha investigación, tenemos muchos estudios de investigadores y de universidades como para que lleguen y quieran empezar otra vez a hacer estudios y que nos pidan otra vez paciencia”, narra en entrevista con Evlyn.Online

Filomena posa en un puente que cruza por el Río Sonora.
Filomena posa en un puente que cruza por el Río Sonora.

 

A “Mena”, como la conocen en la comunidad de San José de Gracia perteneciente a este municipio y de la cual es Delegada Municipal por cuarta ocasión, el derrame de 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre que derramó la mina Buena Vista del Cobre sobre el Río Sonora en 2014, le sumió en un estado permanente de duelo, lucha y resistencia.

Duelo, porque a consecuencia del derrame, perdió su tienda de abarrotes donde ofrecía productos a quienes cada semana llegaban a disfrutar de un día de campo a la orilla del Río Sonora. Luego, perdió a su esposo, Pedro Lorenzo Martínez Bracamonte, quien murió sin saber que su cuerpo estaba contaminado por metales pesados. Después, ella de 60 años, perdió capacidad de movilidad motriz en sus piernas debido a las altas concentraciones de metales pesados que tiene en su sangre. Más tarde, supo que la salud de su hijo Julio Enrique Martínez Bonilla, de 27 años, también está comprometida porque también su cuerpo está contaminado con altos índices de metales pesados.

“Mi esposo era muy activo, pero empezó a agotarse en la movilidad de sus piernas. Sus estudios dicen que tenía los mismos seis metales que mi hijo y yo en el cuerpo. Él nunca dejó de trabajar. Ahora yo utilizo bastón para caminar y estoy con una impotencia tremenda porque tengo muchas ganas de hacer cosas que ya no puedo hacer. Hace unos meses resulté con tiroides, con quistes, primero uno, luego cinco, luego diez. Hace dos meses me dijeron que ya son múltiples, pero no hay seguimiento, no me han dado ningún tipo de atención al respecto. Me atienden en el supuesto hospital de especialidades donde ni siquiera contamos con un laboratorio para metales. Es un hospital general en Hermosillo.  El hospital que dijeron que se iba a construir para atendernos, nunca se construyó. Todo ha sido lo mismo, puras promesas”, lamenta.

Filomena junto a su esposo, ambos víctimas del derrame al Río Sonora.
Filomena junto a su esposo, ambos víctimas del derrame al Río Sonora.

 

Lucha, porque desde hace 11 años ella, junto a otras víctimas integradas en los Comités de Cuenca del Río Sonora, enfocó su mayor esfuerzo a enfrentarse al Estado mexicano y al conglomerado empresarial de Grupo México, para exigir la reparación de los daños ambientales y a la salud que le ocasionó el derrame de sustancias tóxicas sobre el Río Sonora y la contaminación en los acuíferos y pozos de los que su comunidad se abastece de agua.

“A mi sentir y pensar, estamos en total abandono y en retroceso. Cada que entra una nueva Administración quieren iniciar con estudios cuando ya está todo, pues. Ya está encaminado todo y eso retrocede las acciones. Aparte de que los titulares de las Dependencias los van cambiando y vienen en blanco y nos piden paciencia, ¿cómo vamos a tener paciencia a estas alturas?, mi sentir es de mucho coraje, de dolor, de impotencia y de mucha preocupación porque no visualizo qué va hacer de la vida de las nuevas generaciones en un medio ambiente destruido y con un agua que sigue saliendo contaminada”, señala.

Resistencia, porque a más de una década del derrame sobre el Río Sonora, la justicia no llega.  Tampoco se ha concretado una reparación integral del daño. Ni ella, ni el resto de las víctimas, tienen acceso a servicios médicos para monitorear su salud, tampoco tienen acceso a análisis periódicos de toxicología para evaluar el impacto de los metales pesados en su cuerpo, y mucho menos tienen acceso a plantas de tratamiento que les garanticen el acceso hídrico sin contaminantes.

Filomena encontró en la poesía un refugio tras ser afectada por el derrame al Río Sonora.
Filomena encontró en la poesía un refugio tras ser afectada por el derrame al Río Sonora.

 

Mientras Filomena y sus vecinos continúan en resistencia para exigir la reparación del daño ambiental, la mina Buena Vista del Cobre continúa operando con normalidad en su territorio.

“Que se pongan en los zapatos de las poblaciones afectadas y de todos los que estamos sufriendo por haber perdido a nuestros familiares y que no estén esperando a que Grupo México responda porque, para que Grupo México pueda trabajar las minas, obtuvo los permisos del gobierno sin tener los planes para evitar que este desastre ocurriera. Entonces, es responsabilidad del gobierno porque dieron la autorización para que Grupo México operara la mina sin contar con un plan para evitar que un desastre de esta magnitud ocurriera y ahora Grupo México sigue trabajando con toda impunidad. Ellos siguen trabajando, acaparando el agua y dejándonos a la deriva”, reprocha.

En medio de la tragedia que implica para Filomena padecer la contaminación del Río Sonora y hundida en una depresión por las pérdidas que le representa este suceso, ella se refugió en la poesía y hoy forma parte de 30 grupos literarios a nivel mundial y es autora de 200 poemas entre ellos, uno titulado “Conciencia” en el que, junto a otra poeta, exhibe la inacción de las autoridades ambientales para obligar a Grupo México a cumplir con la reparación del daño a las víctimas.

“Con tinta puedo expresar lo que con mis labios no digo”, confiesa a Evlyn.Online

A continuación, reproducimos el poema completo.

“CONCIENCIA”

Fecha de mucha nostalgia,

Pues una tragedia

Hace una década aquí sucedió.

Productos tóxicos

Nuestro río contaminó.

 

Causando daños a cultivos

Y a las personas en su piel.

Esto ocasionó unión con la gente de los pueblos

Y uniéndonse los de capital también.

 

Hoy se reunieron personajes de todo el país

Que han vivido la misma situación.

Han hecho emparía y vinieron

A una concientización.

 

Con obras de teatro, pintura y música

A los habitantes invitan a participar.

 

Los niños y personas grandes

Conciencia a lo sucedido ponen

Para pedir a toda la comunidad

Que no quede impune lo sucedido

Y otra tragedia pasar.

 

Efectivamente mi estimada

En la lucha seguimos.

Tristemente las autoridades

No han respondido.

 

A pesar de tantas pruebas

Por lo acontecido

No hay justicia

Por lo sucedido

 

Gobiernos van y vienen

Sin sensibilidad

Nos han dejado en el olvido

Conciencia y empatía

Deberían tener

Para que esto no vuelva a suceder

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