El primer presupuesto elaborado por el Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum sorprendió en el rubro de medio ambiente porque, a pesar de que se ha pronunciado a favor de combatir el cambio climático y designó al frente de la Semarnat a una titular con amplia trayectoria como Alicia Bárcena, el dinero etiquetado exhibe que la política ambiental no es prioridad en su Administración.
Ciudad de México. Pese a que México es un país altamente vulnerable a la crisis climática global y tiene compromisos internacionales para reducir el 35 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, su presupuesto nacional para 2026 será el principal obstáculo para combatir el cambio climático y proteger el patrimonio natural de las 232 Áreas Naturales Protegidas (ANP´s).
El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2026 prevé una disminución en términos reales de cuatro por ciento al gasto de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en comparación con lo asignado en 2025, lo que equivale a una reducción de mil 859 millones de pesos.
Mientras que el presupuesto para cambio climático y transición energética es de 21 mil 569 millones de pesos, lo que representa una reducción de 1.24 por ciento con respecto a 2025.
En tanto, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) que administra las 232 ANP´s federales consideradas territorios esenciales para salvaguardar la biodiversidad y los procesos ecológicos del país, tendrá el presupuesto más bajo en 21 años, con mil dos millones de pesos.
Beatriz Olivera, directora ejecutiva de Energía, género y ambiente, A.C (Engenera), señaló que proyectos de infraestructura ferroviaria, hidrocarburos y de seguridad acaparan los recursos del Anexo Transversal 16 de cambio climático y es la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) quien recibe el 41.79 por ciento de los recursos de este Anexo, mientras que la Semarnat apenas el 3.71 por ciento.
Los recursos destinados a cambio climático, advirtió que son distribuidos en programas que no dejan clara su contribución para mitigar la crisis climática, como el del Programa de infraestructura ferroviaria para transporte de carga y pasajeros, que recibirá 21.64 por ciento de los recursos; el de Defensa para la integridad, la independencia y la soberanía del territorio nacional al que se le asigna el 21.02 por ciento; el de Infraestructura en materia de seguridad nacional con el 18.82 por ciento; el de Articulación de la política de hidrocarburos con 12.41 por ciento y Sembrando Vida con 18.39 por ciento.
Solo un siete por ciento de los recursos, equivalente a 16 mil 426.3 millones de pesos, se repartirá entre 42 programas que, en su mayoría, sí son relevantes para la adaptación y mitigación del cambio climático, dado que tocan aspectos sustantivos, tales como la protección forestal, el desarrollo forestal sustentable, la gestión y el uso integral y sustentable del agua, la pesca y acuacultura sustentable, la conservación para el desarrollo sostenible, la conservación y manejo de Áreas Naturales Protegidas (ANP).
“Nuevamente hay cosas que nos preocupan mucho y es que todos estos programas que verdaderamente aportan a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero o a la adaptación, representan apenas el 7 por ciento de todo el dinero del Anexo. Osea, lo que verdaderamente está aportando a la reducción del cambio climático, tiene un poquitito de recursos que es el 7 por ciento. Y el 95 por ciento restante, osea lo grueso del dinero del Anexo, se va a cinco programas únicamente-que tampoco han demostrado que verdaderamente contribuyen a la reducción de gases de efecto invernadero”, expuso en entrevista con Evlyn.Online

La directora ejecutiva de Engenera calificó como positivo que los programas incluidos en el Anexo estén, por primera vez, alineados a la política climática y que se incluyan tres programas con perspectiva de género: Programa para el bienestar integral de los pueblos indígenas; el de Fortalecimiento de la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres y el Programa de atención integral para el bienestar de las mujeres. No obstante, estos programas cuentan con una asignación mínima de recursos con apenas 128 millones 807 mil 509 pesos, apenas el 0.06 por ciento del total.
Olivera llamó al Gobierno Federal a establecer metas de avance e indicadores de las acciones transversales identificadas en cada programa presupuestario, de tal manera que sea posible medir y verificar la información sobre su cumplimiento.
“Que estos programas se evalúen, que se articulen con las NDC con las metas establecidas por el Gobierno Federal en materia de cambio climático. Así pareciera que se puede poner cualquier cosa en el Anexo siempre que no existan indicadores ni metas. Entonces, en este caso, no tenemos indicadores, ni metas y no sabemos si están reduciendo de alguna manera o no los gases de efecto invernadero o simplemente están allí porque son una prioridad del Gobierno, que yo creo que es más lo segundo”, añadió.
Ariana Escalante, experta en economía ambiental e investigadora en el programa de Justicia Fiscal de Fundar, calificó como preocupante que el Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum asigne el 42 por ciento del presupuesto del Anexo de cambio climático a la Sedena.
“Sí vemos muy preocupante que el 42 por ciento del presupuesto de este Anexo de cambio climático se vaya a la Defensa Nacional, principalmente se está yendo a actividades relacionadas con el Tren Maya, infraestructura en materia de seguridad nacional y en algo que denominan como Defensa, Integridad y Soberanía del Territorio Nacional. Sobre todo, sorprende porque la propia Semarnat ya ha reconocido los impactos del Tren Maya, hace poco se descarriló, pero también ha habido bastantes evidencias de cómo los ductos atraviesan el suelo cárstico de la península de Yucatán y eso lo hace aún más vulnerable”, enfatizó en entrevista con Evlyn.Online
Otra de las particularidades de este presupuesto, expuso, viene en el ramo de energía con la incorporación de un programa para atender derrames o fugas de hidrocarburos.
“El año pasado fueron recursos de 455 millones de pesos, este año 27 mil 215 millones de pesos. Esta enorme variación está sumamente elevada y creemos que se debe principalmente a que la Secretaría de Energía decide incorporar el Programa de Política de Hidrocarburos que tiene como objetivo prevenir y mitigar los impactos ambientales derivados de la industria energética mediante sistemas de monitoreo y reacción inmediata ante derrames o fugas. Sí sorprende este aumento, pero no lo vemos mal porque antes no había un rubro que vaya directamente a los derrames. Siempre los derrames de petróleo que ha habido no han recibido la atención y eso es interesante que lo pongan, pero claro está que seguirle apostando a un modelo fósil donde el pico del petróleo en México fue hace 20 años, es preocupante”, recalcó.

La energía nuclear, continuó, también es una apuesta de este gobierno en el presupuesto pese a que no contribuye significativamente a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
“Se añade en esta nueva estructura programática, recursos para la articulación e investigación de la política nuclear y eléctrica representando un monto de 573 millones de pesos y bueno pues esto resulta muy preocupante porque se le asignan recursos a una energía que ya se ha documentado que la energía nuclear no es viable en términos económicos, no es segura y no permite mitigar en términos significativos las emisiones de gases de efecto invernadero. Es una tecnología sumamente cara y peligrosa”, anticipó Escalante.
En un análisis del PPEF elaborado por Engenera, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA), Wildlands Network Programa México, Greenpeace, Fundar y OCEANA, se enfatiza que en lo referente al Anexo Transversal 15 sobre transición energética, el 53 por ciento de sus recursos son destinados a infraestructura ferroviaria y el 15 por ciento a proyectos petroquímicos. En ese sentido, el 68 por ciento de los recursos son destinados a programas que no guardan una relación clara con la transición energética, mientras que a Semarnat únicamente se le destina el 2 por ciento de los recursos del Anexo, siendo sus programas los únicos que contemplan explícitamente proyectos de energías renovables.
Además, señala que, la Semarnat es la autoridad responsable de llevar a cabo la Evaluación Ambiental Estratégica de los proyectos de energía renovable y, por lo tanto, sería necesario dotarla de recursos públicos específicos para su implementación.
Tampoco se incluyen medidas que permitan combatir efectivamente la pobreza energética que afecta 1 de cada 3 hogares mexicanos.
El análisis da cuenta de que el PPEF 2026 no especifica el propósito de los recursos asignados a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como parte del Anexo sobre transición energética, generando incertidumbre respecto del 27 por ciento de los recursos. Además, tampoco se contemplan recursos para el Fondo para la Transición Energética y el Aprovechamiento Sustentable de la Energía (Fotease), tal como lo obliga la Ley de Planeación y Transición Energética.
ES PRESUPUESTO 2026 EL MÁS BAJO PARA LA CONANP EN 21 AÑOS
El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2026 asigna a la Comisión Nacional de Areas Naturales Protegidas (Conanp) el presupuesto más bajo en los últimos 21 años, con un recorte de 3por ciento real en comparación con 2025, equivalente a 34 millones de pesos.
Gina Ileana Chacón Fregoso, directora de Política Pública de la Organización Internacional Wildlands Networks México y miembro de la Noroeste Sociedad Civil para la Sustentabilidad Ambiental (NOSSA) advirtió que, de ser aprobado en estos términos, el recorte afectaría gravemente a la Conanp, lo que se traduciría en una inversión pública de apenas 10.22 pesos por hectárea para el manejo de 98 millones de hectáreas —que representan el 1 1.76 por ciento del territorio nacional y el 23.78 por ciento de la superficie marina— y que albergan una enorme diversidad biológica de México.
“Nos alarma saber que el presupuesto para cuidar las Áreas Naturales Protegidas tiene reducción continua. Lo que estamos notando aquí es que la reducción paulatina del presupuesto a la Conanp sí está afectando a actividades de apoyo administrativo, este es un programa que hemos visto que año con año se reduce y que esto tiene consecuencias en el personal in situ para ejercer desde una dirección. Una ANP necesita personal administrativo, necesita guardaparques, personas que realicen monitoreo biológico”, explicó en entrevista con Evlyn.Online

Las prioridades de un gobierno, dijo, no se miden por sus discursos sino en su presupuesto. Sus valores e intenciones se reflejan con crudeza en las partidas que elige financiar o abandonar. Y la evidencia es alarmante porque el presupuesto para las ANP, que son la columna vertebral de la conservación en México, lleva dos décadas en declive.
Aunque el perfil científico y la experiencia en materia ambiental de la Presidenta Claudia Sheinbaum generaron expectativas de un cambio, señaló que el PPEF 2026 envía la señal contraria al destinar sólo el 0.1 por ciento del Producto Interno Bruto a este sector.
Esta situación consideró que revela una contradicción alarmante: mientras México se ha comprometido a proteger el 30 por ciento de su territorio para 2030, en la práctica desmantela el sistema que constituye la columna vertebral de la conservación. Esta decisión, enfatizó que erosiona la capacidad nacional para cumplir no solo con las metas ambientales globales, sino también con el Artículo cuarto constitucional, que establece el derecho a un medio ambiente sano y la obligación del Estado de asignarle recursos suficientes de manera progresiva.
“La creación de las ANP´s tiene que venir de la mano con los programas de manejo además de los recursos que necesitan. Los programas de manejo porque estos son como una plantilla de lo que existe, de la riqueza que existe para cada ANP´ y allí también viene descrita la manera en la que se tiene que proteger y se delimita la manera en la que puede haber actividades productivas, si no tenemos esto, ¿cómo pretendemos saber qué amenazas tiene?, ¿cómo es mejor cuidarlas?, es una política integral y lo que vemos es que se avanza a decretar apresuradamente sin considerar todas estas necesidades para realmente proteger lo que importa”, reprochó.
Chacón Fregoso recordó que actualmente las ANP´s ya operan en condiciones precarias como ocurre en la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno donde se resiente la ausencia de guardaparques.
“La Reserva de la Biósfera El Vizcaíno es una de las más grandes del noroeste. Es santuario de una de las ballenas más grandes del mundo, allí es uno de los cuneros del mundo, tienen casi 2 millones de hectáreas en superficie, es grandísima, pero para cuidar casi 2 millones de hectáreas solo tienen 13 guardaparques contratados por la CONANP. Lo dramático es que cada uno de ellos tiene asignado mil 960 kilómetros cuadrados. Esta ANP tampoco tiene equipo cortafuegos ni tampoco para realizar actividades de mantenimiento. Y otro dato que quiero compartir contigo, al mes de julio, la Conanp solo tenía 677 personas contratadas como guardaparques. Es decir, cada guardaparque tendría que cuidar un área de alrededor de mil 385 millones de metros cuadrados”, apuntó.
Como miembro de NOSSA expresó que los integrantes de esta Coalición consideran indispensable asignar un presupuesto digno a las áreas naturales protegidas, ya que representan una inversión estratégica para el futuro y el bienestar de la sociedad mexicana.
“Es urgente y demandamos al Gobierno Federal el incremento del presupuesto para la protección al medio ambiente en un contexto de crisis climática, el cuidar del ambiente es cuidar de la salud de la población y esto no puede quedarse en el abandono”, añadió.
Asimismo, lamentó que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), responsable de tareas esenciales como la inspección, vigilancia de las ANP´s y la procuración de justicia ambiental, también resulte afectada con una reducción de 41.8 millones de pesos respecto al 2025. Esto, consideró que debilita la capacidad del país para cumplir con acuerdos internacionales como el Acuerdo de Escazú.