El aseguramiento del Rancho San Jorge, una propiedad de 500 hectáreas donde se construyeron 10 presas de manera ilegal, exhibe cómo los empresarios pueden tomar el control de los recursos hídricos en un Área Natural Protegida, privando a las comunidades locales de su acceso. Ignorando el cumplimiento de la legislación ambiental: se acapara el agua, se retienen los escurrimientos del Nevado de Toluca y se limita el abasto de la presa Valle de Bravo que forma parte del Sistema Cutzamala, estratégico para abastecer a los habitantes de la Ciudad de México. Estas son las huellas de cómo este proyecto en construcción trastocó la vida de las comunidades aledañas, pone en riesgo la biodiversidad de la región y acelera los impactos del cambio climático.

Valle de Bravo, Estado de México. Hay una valla metálica verde que irrumpe en el bosque de coníferas, oyamel y encinos predominante en la cuenca de Valle de Bravo y que, si se recorre a lo largo de su perímetro, se llega al predio conocido como “Rancho San Jorge” en cuya entrada principal hay un letrero que reza: “Inmueble asegurado” sellado por la Fiscalía General de la República (FGR).

Se ubica sobre el camino que, hasta antes de instalarse la valla, comunicaba a Mesa Rica y La Huerta, dos comunidades rurales donde la escasez de agua ha llegado a niveles tan extremos que, sus habitantes se declararon en “Día Cero” por falta de abasto hídrico para cubrir sus necesidades básicas de alimentación e higiene personal.

Colindante con estas dos comunidades, se impone el “Rancho San Jorge”. Afuera, policías municipales custodian el lugar a bordo de una patrulla. En su interior, imágenes aéreas obtenidas por www.evlyn.online, revelan una contrastante abundancia de agua contenida en gigantescas presas que, por sus grandes dimensiones, más bien parecen lagos quietos rodeados de tierra firme. En ellos, la luz del sol penetra y la sombra del bosque mesófilo de montaña propio de esta región, se refleja.

Presas de captación de agua en el Rancho San Jorge. Crédito: Evlyn.Online
Presas de captación de agua en el Rancho San Jorge. Crédito: Evlyn.Online

 

Las postales aéreas son reveladoras. Exhiben los estragos de un deterioro ambiental en un predio localizado en medio del bosque que fue intervenido con maquinaria pesada de construcción para compactar el suelo, modificando la constitución física y química del terreno enclavado en un punto clave para captar el mayor volumen de escurrimientos pluviales. Esto, sin importar que se trata de un Área Natural Protegida (ANP) denominada Área de Protección de Recursos Naturales Zona Protectora Forestal de las Cuencas de los Ríos Valle de Bravo, Malacatepec, Tilostoc y Temascaltepec.

Esta escena es la misma que encontraron agentes de la Fiscalía Especializada de Control Regional (FECOR) en el Estado de México, al catear este inmueble. La FGR informó, el 21 de abril, el aseguramiento de 27 vehículos dentro de la propiedad y 10 presas captadoras de agua que eran aprovechadas. Además de abrir una carpeta de investigación por remoción de tierra y daño ambiental.

Pero la autoridad llega tarde a imponer sanciones. Documentos obtenidos vía transparencia por Evlyn.Online revelan que, desde principios de 2024, autoridades municipales en Valle de Bravo así como estatales y federales a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), fueron alertadas por vecinos de la presencia de personas interesadas en comprar terrenos aledaños a sus comunidades para luego perforar pozos profundos, construir presas privadas, movilizar camiones con material pétreo, derribar árboles, remover tierra y retener de manera ilegal de agua de lluvia.

Pese a ser alertadas desde principios de 2024, ninguna autoridad frenó las obras que se llevaban a cabo en el Rancho San Jorge sin contar con permisos ambientales ni licencias de construcción al momento de iniciar los trabajos.

El desarrollo continuó consolidándose contratando mano de obra local, sorteando la muerte de un trabajador en sus instalaciones y un accidente de otro empleado que, hoy, continúa en tratamiento quirúrgico. Conforme continuaban los trabajos, crecía el rumor de que el dueño del Rancho San Jorge es Germán Larrea Mota-Velasco, director ejecutivo de Grupo México. De esto, cualquiera se entera cuando recorre las calles de las comunidades La Huerta o Mesa Rica y platica con sus habitantes.

Fachada del Rancho San Jorge clausurado por la FGR. Crédito: Evlyn.Online
Fachada del Rancho San Jorge clausurado por la FGR. Crédito: Evlyn.Online

 “SIEMPRE HAN QUERIDO ADUEÑARSE DE TODAS ESTAS TIERRAS”

Bernardino Sánchez Baltazar, delegado municipal de la comunidad Mesa Rica perteneciente al municipio de Valle de Bravo, estaba seguro de que ayer viernes sería un día cotidiano de trabajo así que salió muy temprano de su casa sin imaginar que el Rancho San Jorge, el cual colinda con su propiedad, sería cateado por la Fiscalía General de la República (FGR) y que él tendría que ir a rescatar a sus vecinos que trabajan en las obras al interior de ese inmueble porque las autoridades judiciales no los querían dejar salir.

Desde muy temprano supo que había movilización de policías cerca de su casa porque los maestros del telebachillerato le llamaron para advertirlo.

“Yo me enteré por la mañana por los maestros que vienen a dar clases en el telebachillerato. Me marcan y me dicen: oiga, Don Berna, no podemos llegar (a la escuela), hay muchos policías en el camino y no nos dejan pasar. Eso fue entre 7:30 y 8 de la mañana. Les pido que, si pueden, me manden evidencia. Yo me comunico con el ingeniero Pablo (responsable de las obras en el Rancho San Jorge) pero me dice que no sabe nada, que le están informando que hay muchos policías pero que no sabe nada. Entonces yo me dediqué a mi trabajo, pero luego Pablo me marca y me informa que se iban a suspender todas las actividades”, rememora.

Bernardino Sánchez Baltasar, delegado de la comunidad de Mesa Rica. Crédito: Evlyn.Online
Bernardino Sánchez Baltasar, delegado de la comunidad de Mesa Rica. Crédito: Evlyn.Online

 

Bernardino, un hombre moreno y de mediana estatura, es una autoridad en su comunidad. Por eso, a las seis de la tarde que volvió de trabajar, familiares de los hombres que trabajan en el Rancho San Jorge le pidieron que interviniera para exigir su liberación en el lugar custodiado por elementos de policía, militares y marinos.

“En teoría deberían salir a las 4 (los trabajadores) y eran las 6 y los policías allí, de la policía estatal, militares y de la Marina, estaban resguardando esa entrada. Lo que yo hago es convocar de 10 a 15 personas de la comunidad que quisieran acompañarme. Fuimos casi 30 personas de la comunidad. Hablaron por radio, como a los 20 minutos llega una persona de la Fiscalía, obviamente armado con ametralladoras y todo porque vinieron con granaderos y todo, como si se tratara de no sé, si vinieran a atrapar a un narcotraficante o no sé. Yo creo que cuando hacen eso ni siquiera van así, pero bueno. Él llega diciendo: “a ver quién es usted”, le digo: “soy Bernardino Sánchez”, delegado municipal de la comunidad, representante de toda la comunidad y lo único que pido es que dejen en libertad a los señores”, narra.

Personal de la Fiscalía le informó a Bernardino que el sitio tenía que ser asegurado, pero cuando él les pidió que le mostraran la orden que traían, se dio cuenta que había una confusión en el nombre.

“Me dice es que se va asegurar el Rancho Tacubaya Jalisco S.A. de C.V. y entonces, yo le digo bueno para su información, este Rancho, donde están estos trabajadores, es el Rancho San Jorge, y si no viene dentro de su lista entonces están cometiendo un atropello contra los trabajadores. Entonces, fue cuando me dice: déjame hablarle a la jefa, la que viene ejecutando la orden. Pero si tú estás consciente de lo que me estás diciendo y sabes que este es otro rancho, entonces doy la orden de que los dejen salir. Y efectivamente, los dejaron salir. Pero yo me tuve que esperar allí porque me dicen: ellos se salen, pero tú te quedas aquí con nosotros y la gente que viene contigo ya que se vaya, entonces fue cuando la gente dijo: si se queda él, nos quedamos todos. Fue cuando llegó la que ejecutó la orden, no sabían ya ni qué hacer”, recuerda.

No es casualidad la confusión con el nombre del predio asegurado. En realidad, el Rancho Tacubaya Jalisco S.A. de C.V. forma parte del perímetro cercado con la misma valla metálica verde que se extiende hasta el Rancho San Jorge.

El Rancho San Jorge tiene un perímetro definido por una valla verde metálica. Crédito: Evlyn.Online
El Rancho San Jorge tiene un perímetro definido por una valla verde metálica. Crédito: Evlyn.Online

 

Un día después del cateo en el Rancho San Jorge, Bernardino se sienta afuera de su casa y dice que esta historia comenzó hace tres años cuando llegaron personas ajenas a su comunidad a comprar tierras.

“Cuando la gente de la comunidad ve que, hace tres años, estos señores de los ranchos vecinos empiezan a comprar, pues no sabíamos quiénes eran. Vimos que empezaron a cercar y la primera reacción de la gente es ir, detenerlos y sacarlos de la comunidad. Ese fue el primer encuentro que tuvimos, de hecho, luego vienen policías protegiéndolos a ellos, se da un enfrentamiento entre la policía y la comunidad donde hay golpes. Finalmente, el error que cometieron es que nunca presentan una documentación, nunca llegan de manera formal a decir: ¿sabes qué? nosotros adquirimos esta propiedad, estos son los dueños o este es el documento de compraventa, y no hubiera habido ningún problema”, explica.

La comunidad se puso en alerta, dice, porque conocen la amenaza constante de ser invadidos por personas con alto poder adquisitivo.

“Nosotros traemos una historia de querer ser invadidos por gente de mucho poder económico. Siempre ha habido gente que ha querido adueñarse de todas estas tierras”, enfatiza.

Tras un primer enfrentamiento con la comunidad, las personas que llegaron a comprar tierras tuvieron que presentarse y demostrar que realmente estaban comprando terrenos aledaños a sus viviendas, por lo que serían vecinos.

En la adquisición de los terrenos, operaron corredores de negocios.

“Presentaron los contratos de compraventa que habían hecho con los propietarios de los primeros predios y se presentan como un proyecto que tiene que ver con agricultura y cría de caballos y que de alguna manera van a proporcionar empleo a la zona y van a ayudar. Sin embargo, como se apoyan de corredores de negocios de bienes y raíces, se dan otros errores, empiezan a meter miedo a la gente de que, si no se les vendía, de todos modos, se iban a quedar ellos con la tierra. Nos reunimos en el campo y les dijimos: ¿cuál es su intensión?, ¿ustedes vienen a comprar propiedades o vienen a espantar a la gente?, ¿o vienen a adueñarse o las personas que están detrás de ustedes quieren adueñarse de las tierras?, si es así, sépanse que no son bienvenidos y nunca más vuelvan a regresar aquí porque ya nunca más se les respetará. Finalmente ellos desaparecen de la jugada y empiezan a entrar en contacto ya personal más directo de los propietarios”, comparte.

10 presas identificó la FGR al interior del Rancho San Jorge. Crédito: Evlyn.Online
10 presas identificó la FGR al interior del Rancho San Jorge. Crédito: Evlyn.Online

 

A partir de entonces, Bernardino recibió en su casa al abogado Eduardo Gallástegui, quien se presenta como el representante legal de quien compra los terrenos que integran el Rancho San Jorge.

“Vino el licenciado Eduardo Gallástegui, es el que yo conozco y es el que se supone es el representante legal que está al frente de la adquisición de los terrenos. De hecho, él es el que se encarga de hacer las negociaciones. Nos dijo que representaban a una persona que tenía intención de comprar predios para hacer su casa de descanso, que se iba a dedicar a la cría de caballos, él se dedica a la cría de caballos e iba a tener aquí su propio criadero de caballos y eso era lo que iba a hacer”, añade.

Los predios que han comprado hasta ahora, dice, son de gente que no vive en las comunidades de Valle de Bravo sino en Toluca o la Ciudad de México.

“No podemos prohibir que ellos tomen decisiones sobre sus bienes. Por obligación yo les pedí que tuviéramos una reunión semanal para ver qué iba surgiendo y poder darle solución a fin de que la comunidad no se viera afectada y ellos pudieran desarrollar sus actividades de modo normal porque a raíz de todo esto empiezan a entrar muchos camiones, descompusieron considerablemente nuestro camino y ya no era transitable con vehículos pequeños, incluso ni con camionetas. Entonces, desde allí fueron los problemas por los cuales tuvimos que tener ya una reunión semanal con ellos aquí en la casa, siempre estuvimos viniendo. Se elaboraba una bitácora de cada reunión, de hecho, allí tengo yo las copias, con los compromisos que ellos hacían, los compromisos que nosotros asumíamos también y la solución que les iba dando a los problemas que se iban presentando”, subraya Bernardino.

La masiva compra de terrenos para integrar el Rancho San Jorge también descontinuó el camino tradicional que comunicaba a la comunidad de Mesa Rica con La Huerta.

“Ha sido tanto lo que han comprado, que sí han afectado dos vías de comunicación. Uno que entraba de aquí de la zona de Las Conejeras y llegaba a La Huerta, sin embargo, hay otro que sí afectaron que es el que comunicaba la comunidad de Mesa Rica con La Huerta, que era un camino ya oficial, trazado desde hace tiempo y que estaba reconocido como tal”, denuncia.

El Rancho San Jorge tiene varios accesos por los que puede entrar y salir maquinaria pesada. Crédito:Evlyn.Online
El Rancho San Jorge tiene varios accesos por los que puede entrar y salir maquinaria pesada. Crédito:Evlyn.Online

 

Para los negociadores del Rancho San Jorge, la principal preocupación es que la obra sea vista como una aliada de las comunidades.

“Su principal preocupación es que ellos querían que el Rancho fuera visto como un buen vecino para la comunidad y nosotros les decíamos: si quieren ser buenos vecinos, simplemente respetémonos. Que no haya mentidas de ustedes a nosotros y de nosotros hacia ustedes y que ante todo, busquemos el bienestar tanto de la comunidad como del rancho y que obviamente eso resultará una mejora de la región”, narra Bernardino.

En este caso, la comunidad acordó con los negociadores del Rancho San Jorge mejorar las instalaciones educativas, el acceso principal a la comunidad, así como la construcción de un nuevo depósito de agua para la comunidad ya que el que tenían, estaba en un predio que fue vendido.

“Nosotros subimos el agua por bombeo a los manantiales y allá arriba (en el Rancho San Jorge) teníamos el depósito que estaba en un predio que había donado el propietario anterior, sin embargo, cuando venden, el depósito de la comunidad queda dentro de la propiedad, entonces ellos circulan el agua, ya no nos permiten el acceso. El acuerdo que tuvimos es que nosotros aceptábamos y ellos construían un tanque en el límite de su predio, con mayor capacidad para que nosotros lo pudiéramos usar y bueno se dio ese tema y se construyó ese tanque, y se mejoró el servicio. Eran 8 metros por 6 por 2 metros de profundidad”, agrega.

Bernardino enfatiza que, tras el cateo al Rancho San Jorge, quedó truncado el acuerdo de mejorar el acceso principal a su comunidad y está convencido de que no existió tala al interior del inmueble donde se construyeron las 10 presas de captación de agua.

“Ustedes pueden ver una fotografía de hace 5 o 6 años la montan con una actual y van a ver cómo las ollas de captación de agua de lluvia que construyeron están en zonas limpias donde no había árboles. Y no vayan a pensar que estoy de lado de los del rancho o que los estoy defendiendo, simplemente tenemos que ser objetivos. Y si los tuviera que defender, a lo mejor sí, porque son los que están haciendo toda la inversión para la carretera y ahora, con todo esto, la carretera ya se vio truncada y ojalá y lo sigan haciendo. Dentro de los compromisos que ya se tenían era hacer un sistema de uso circular del agua no en una casa, sino en una región de la comunidad como una prueba piloto y si funcionaba, se podía echar a andar en toda la comunidad.

El otro tema, que es el educativo, se estuvieron llevando pláticas. Una reunión con el CECyTEM de la Cuadrilla de Dolores en donde se les proponía a los directivos que, si ellos abrían las carreras de agronomía, veterinaria, temas que tienen que ver con el cuidado de la tierra, entonces el Rancho financiaba todo lo que se necesitara para que tuvieran esas carreras. Esa era la otra negociación que ya se había avanzado y lo único que iban a hacer es que los del CECyTEM ponían a los maestros y todos los requerimientos que se necesitaran iban a correr a cargo del Rancho, desafortunadamente ya todo esto se ve en riesgo ahorita por cómo están las cosas”, lamenta.

Maquinaria pesada de construcción persiste en el Rancho San Jorge. Crédito: Evlyn.Online
Maquinaria pesada de construcción persiste en el Rancho San Jorge. Crédito: Evlyn.Online

 

Una buena forma de negociar con la comunidad, dice, hubiera sido que el propietario del Rancho San Jorge destinara una de las 10 grandes presas de captación de agua al servicio de quienes viven afuera de su inmueble pues los habitantes nunca han tenido abundante agua.

“Es triste saber que cerca de nosotros va haber abundante agua, eso va a continuar, una propina al gobierno y este cuate va a continuar con su proyecto. Es triste que algunos como yo que llevamos 50 años, no hemos tenido la capacidad de tener el agua que es tan necesaria y algo tan sagrado para nosotros como yo se los he dicho a la comunidad y que otros de repente lleguen y lo tienen. Allí está la diferencia en el poder económico. Ponernos a pelear con ellos, no podemos. El gobierno, casi estoy seguro, en uno o dos meses, les retiran los sellos y van a continuar”, advierte.

Mientras en el Rancho San Jorge hay abundancia de agua acaparada de manera ilegal, afuera, la comunidad no tiene título de concesión para el aprovechamiento de aguas nacionales.

“No tenemos título de concesión. Está en los archivos de Comisión Nacional del Agua, tengo yo que invertir dinero para contratar un abogado que tenga que dar una mordida para que puedan entregarnos físicamente nuestro título de concesión y poder usar legalmente el agua. A lo mejor me dicen ve al municipio porque ahora la concesión se le otorga a los municipios y los municipios son los que tienen que dar el agua a las comunidades, ¡vamos al municipio y nunca nos han hecho caso!”, reprocha.

Son los manantiales que emergen del bosque del Área Natural Protegida de Valle de Bravo, los que abastecen de agua a quienes viven aquí, pero Bernardino admite que el recurso hídrico es limitado.

“Nuestros manantiales ya no dan mucho. Dan mucho en tiempos de lluvia, pero ahorita en este tiempo, la pobre gente se tarda media hora para llenar 20 litros de agua y somos 150 familias y solo tenemos un manantial. El gobierno del estado, hace 5 años le invirtió, hizo toda una red de distribución, pero allí tengo todavía las llaves que ni siquiera se las he repartido a la gente porque ni siquiera tienen agua en sus casas. Hemos hecho varias solicitudes con la Comisión Federal de Electricidad y no nos quieren dar un servicio doméstico porque la verdad es que sí es muy caro pagar un servicio de bombeo y estamos batallando para que nos den un contrato de un servicio para operar una bomba de 7.5 caballos de fuerza que es el que nos sirve para subir el agua arriba y después distribuirlo”, añade.

Antes de despedirse, Bernardino lanza un mensaje para el dueño del Rancho San Jorge y sus negociadores:

“Ustedes como nosotros son personas. Ustedes no han sentido necesidad, nosotros sí. Si en tus manos está ayudarnos, hazlo. No por mí, sino por respeto a tu propia persona. Sé íntegro con tu propia persona, si tú quieres acaparar agua en abundancia, primero soluciona el problema de la comunidad a la que estás afectando a lo mejor, indirectamente. O directamente porque al momento de poner estas captaciones de agua pues se quita una parte de infiltración que sale en los manantiales entonces, quieres ser una persona integralmente exitosa, no abuses de tu poder”

Presas de captación de agua de lluvia en el Rancho San Jorge. Crédito:Evlyn.Online
Presas de captación de agua de lluvia en el Rancho San Jorge. Crédito:Evlyn.Online

“LLEGAMOS A UN DÍA CERO”

Hace dos años, Anallely Velásquez Gómez, presidenta del Comité del Agua en la comunidad de La Huerta San Agustín en Valle de Bravo y quien decide no pronunciarse sobre el Rancho San Jorge, padeció algo que jamás había vivido: no tener agua suficiente para asearse ella y sus hijos.

Por primera vez, el manantial que abastece a su comunidad, no tenía suficiente agua.

“Llegamos a un día cero, el manantial sí producía agua, pero era mínima. Para lavar, no abastecía. Mucho menos para tomar o para poder juntar el agua en cisternas y bajarla a la comunidad. Las personas se amontonaban a los lavaderos comunitarios que están aquí, teníamos que formarnos dos o tres días para que nos tocara lavar. Para nuestra higiene personal, para la de nuestros niños, no había nada de agua, era un caos total”, recuerda.

La crisis hídrica que experimentó ella y los habitantes de su comunidad, le obligó a implementar estrategias de higiene personal.

“Tuve que comprar toallitas húmedas, cremas para limpiar a mis niños porque no los podíamos bañar diario, no nos podíamos bañar cada tercer día. Teníamos que buscar dos tinitas chiquitas con poquita agua para poder lavar nuestros trastes. Luego esa agua reutilizarla al baño o, la verdad, salirse al aire libre o usar baños secos porque no había agua para hacer las necesidades. Para bañarse era igual, medio bote o un bote de agua lo teníamos que hacer durar para bañar a 2 o 3 niños, a fuerzas. Tuvimos crisis de ropa. No saber qué hacer para lavarla, para tener nuestra ropa limpia”, explica.

Anallely Velásquez, presidenta del Comité de Agua de La Huerta San Agustín. Crédito: Evlyn.Online
Anallely Velásquez, presidenta del Comité de Agua de La Huerta San Agustín. Crédito:Evlyn.Online

 

La desesperación por no tener el acceso al agua garantizado, originó conflictos entre sus vecinos.

“Ya había conflictos entre la comunidad de que “yo quiero el agua”, “a ti te tocó ayer”, “yo no he tenido”, “tengo una semana sin lavar”, “ya no van a tener ropa mis hijos, están todos sucios”, “tengo dos días que no me he bañado”, fue un caos tremendo”, lamenta.

Actualmente, Anallely encabeza el Comité del Agua en su comunidad con la finalidad de implementar un proyecto de sustentabilidad hídrica que les garantice el abasto cuando el manantial no alcanza sus niveles máximos de llenado.

¿ES GERMÁN LARREA EL DUEÑO DEL RANCHO SAN JORGE?

El rumor se expande y la pregunta queda en el aire: ¿es Germán Larrea Mota Velasco dueño del Rancho San Jorge o tiene algún vínculo con este inmueble?

Antonio Cervantes Guerrero, director y fundador de Somos Micelio, es testigo de cómo el Rancho San Jorge llegó a trastocar la vida cotidiana de las comunidades.

“Es un proyecto que ha generado mucho ruido en la región, literalmente. Físicamente ruido. Maquinaria, camiones, desde que llegó el famoso Rancho San Jorge que todo mundo lo atribuye a un grupo económico, a un grupo de negocios que es el Grupo México, las minas del señor Germán Larrea, es lo que se dice, todo mundo dice que es de él. Primero empezó el tema de las tierras, la especulación. Están comprando y comprando terrenos, están comprando mil hectáreas, mil 200, una extensión muy grande. Al poco tiempo vallas. Estas vallas verdes metálicas que empezaron a aparecer desde el lado de Mesa Rica, del lado de La Huerta, y yo que vivo en la Cuadrilla de Dolores y que transito el camino a Mesa Rica y el camino a La Huerta, ambos, pues veías cómo esas vallas empezaban a aparecer. El rumor de las comunidades, se veía en la realidad. Sí estaba alguien comprando muchísima extensión de terreno”, cuenta.

Vista del Rancho San Jorge en uno de sus accesos. Crédito: Evlyn.Online
Vista del Rancho San Jorge en uno de sus accesos. Crédito: Evlyn.Online

 

De pronto, dice, una zona que era muy pacífica con caminos de terracería muy pueblerinos, se transformó en caminos donde transita maquinaria pesada y camiones que van y vienen con materiales de construcción.

“Es la sensación de que un proyecto gigantesco estaba ocurriendo en la zona y que eso trae cosas buenas. La gente percibe que hay movimiento, hay empleo, eventualmente se mejoran los caminos, infraestructura, ese tipo de cosas. Y, por otro lado, las quejas que ha habido acerca de abusos ambientales, algunos temas de recursos humanos o laborales que han ocurrido allí adentro y el chisme que hay alrededor de un proyecto tan grande. ¿Qué va ser?, una mina a cielo abierto, una casa gigantesca, un criadero de caballos, o va ser todo lo anterior. Nadie sabe. Porque el acceso es restringido, quieres volar un dron, te lo apagan porque hay sensores para bajar los drones para que no vuelen. Todo eso genera ruido, genera movimiento, genera chisme: que si ya se llevan con el municipio, que si ya lo cooptaron, entonces es un proyecto muy grande y así, con esos claro oscuros”, señala.

Como ya ha ocurrido con otros grandes ranchos que se construyen en Valle de Bravo, apunta que los responsables del Rancho San Jorge tienen cercado el perímetro del predio que van comprando conforme avanza la negoción con los dueños de la tierra. Esto, subraya, tiene un impacto primero en la movilidad de especies como conejos o venados. Pero también en el tránsito de las personas.

“Comunidades que estaban comunicadas como Mesa Rica y La Huerta, y donde había tránsito de familias que iban y venían en cuestión de 30 y 35 minutos caminando, pues ahora ya no se puede hacer ese tránsito por caminos de herradura, por servidumbres de paso que había desde hace tiempo atrás porque ahora, están estas mallas con las que simplemente ya no pasas.

Antes de este Rancho ha habido otros casos en los que también llegan y cierran y la gente que iba a ver a sus muertos al cementerio, o a votar en la comunidad de Cerro Gordo, ya no pueden pasar. O tienen que dar una vueltototota, o simplemente ya no van. No van a ver a sus muertos, no van a votar. Todo eso hace disrupciones en el tejido social obvias que con el tiempo desgastan y dividen a la gente”, reflexiona Antonio.

Antonio Cervantes Guerrero, director de Somos Miselio. Crédito: Evlyn.Online
Antonio Cervantes Guerrero, director de Somos Miselio. Crédito: Evlyn.Online

 

Pero con los nuevos desarrollos en Valle de Bravo, también llegan oportunidades de empleo para los habitantes de las comunidades rurales.

El Rancho San Jorge, no es la excepción. A medida que se recorren los caminos de comunidades como La Huerta de San Agustín o Mesa Rica, es común encontrarse a alguien que se quedó sin trabajo desde que este inmueble fue cateado por la FGR.

“Sí generan empleo estos proyectos gigantescos. Necesitan trabajadores de la construcción, de limpieza, de mantenimiento, técnicos para agricultura, manejo de ganado, no sé, vacas o caballos, y eso hace que la gente tenga fuentes de empleo entonces es como una ecuación en la que es difícil dar un resultado final”, agrega.

Y a medida que nuevos desarrollos como el Rancho San Jorge se implantan en medio de dos comunidades rurales, a medida que se amurallan con vallas metálicas fracturando el territorio y dividiendo el bosque, es más notorio las diferencias en el acceso al agua.

“El tema del agua es la bronca aquí. No hay agua. En esta sección son escasos los manantiales, no es un lugar ni de cascadas ni de ríos. Entonces, te esperas a la temporada de lluvia y los que tengan manera de captarla, puedan aguantar las secas. Otra es perforar pozos o desviar ríos, si es que hay un afluente cercano, lo desvías. Los pozos, por ley, tienes que tener un permiso, y en realidad, están prohibidos. Tú no puedes llegar y hacerte tu pozo y cavar y extraer agua. Aquí han hecho perforaciones profundas de este Rancho San Jorge, muy muy profundas: 200, 300 metros, y han sacado muestras del suelo de hasta allá abajo. Entonces otra vez, ¿eso es para qué?, para ver si hay un mineral que explotar en el suelo o para buscar agua o para ambas. No sabemos. Pero lo que sí sabemos es que han hecho captaciones muy grandes allá adentro que están llenas de agua y que el agua que se llega a filtrar a las comunidades tanto de La Huerta como de Mesa Rica ha caído ese nivel de filtración, llega menos agua”, afirma.

Cada movimiento de tierra y sedimentos de suelo al interior del Rancho San Jorge, dice, tiene implicaciones directas en la disponibilidad hídrica para las comunidades.

“Si allá hay abundancia de agua y tienen resuelto su problema de agua y no comparten el agua, y no resuelven o no colaboran con las comunidades para que ellos resuelvan también el tema de su agua, entonces esto va ser una cosa explosiva. Porque digo: tampoco es tan difícil, si ellos tienen técnica y tecnología para hacer allá arriba captaciones, también podrían hacer captaciones a las comunidades de abajo. Al menos, ofrecerles. Ellos (en el Rancho San Jorge) han hecho análisis con helicópteros, han venido a hacer análisis de suelo, han sobrevolado la zona, también todo mundo decía: ¿qué son esos helicópteros que están pasando y que son como unas arañas?, entonces, unos dicen que buscan metales y otros dicen que están buscando agua. Entonces, si ellos están buscando y encuentran para ellos, y encuentran la forma de resolver su problema, es como miope decir: oye por qué no comparto este conocimiento con los de abajo y hago una manera de que ellos también resuelvan su problema. Es relativamente simple, pero a veces estas personas no ven más allá, casi nunca ven más allá de su interés. En este caso, pensando en el mediano plazo, en sus hijos y en sus nietos, sí creo que su interés debería de ser mirar por el agua de los demás”, reprocha.

El Rancho San Jorge quedó en medio de dos comunidades. Crédito:Evlyn.Online
El Rancho San Jorge quedó en medio de dos comunidades. Crédito:Evlyn.Online

 

En opinión de Antonio, el Rancho San Jorge puede coexistir entre las comunidades si los desarrolladores apostaran por un modelo “ganar-ganar” a partir de nuevas formas de relacionarse con el agua y su ciclo de aprovechamiento.

“Yo creo que hay nuevas formas de hacer desarrollos inmobiliarios y de hacer negocios que son win win, que todo mundo gana. Hay nuevas formas de tratar el agua relativamente rápido y barato de manera que tú haces ciclos, no es que tomas el agua y te la acabas, sino que la recirculas. La usas, la limpias, la vuelves a usar y la vuelves a limpiar y así ya no estás dependiendo de que tengas un manantial, o un pozo, o un río. Eso, Y que estos desarrollos lo compartan con las comunidades que están a sus lados y que todos se beneficien de eso. Entonces, todos acabarían con energía, con agua, y no tendrías estos problemas de separación y de ya llegaron los ricos, y ahora los pobres no tienen agua.  O ya llegaron los ricos y ahora los pobres tienen ruido y caos. Se puede coexistir. Pero sí creo que hay un tema importante de arrogancia. Yo creo que ese es de los mayores males de este país, arrogancia. Y cuando hay arrogancia, nada más yo llego, hago lo que quiero, cierro. No me importa. Esta es mi casa, mi predio, y los de afuera son totalmente extraños y los de adentro son mis amigos. Eso es lo que nos tiene como nos tiene”, lamenta.

Antonio confía en que, ojalá alguno de los grandes empresarios o empresarias de México, deje de competir por el rancho, el avión o el yate más grande, y tenga la visión de promover un desarrollo sustentable en conjunto con las comunidades rurales que colindan con sus desarrollos.

En diversos encuentros realizados por www.evlyn.online con habitantes de las comunidades que colindan con el Rancho San Jorge, se recabaron testimonios de personas que sostuvieron encuentros con Guillermo Sergio Arredondo Ruiz, subdirector de Desarrollo Comunitario de Grupo México y quien es el responsable de operar para obtener la licencia social de los proyectos que implementa el grupo empresarial. En www.evlyn.online lo contactamos para este reportaje, pero no obtuvimos respuesta a nuestra solicitud. Tampoco Grupo México respondió a nuestra solicitud de entrevista.

CAYAN SEMARNAT, CONAGUA Y PROFEPA

Aunque desde junio de 2024 la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) fueron alertados de la construcción de grandes presas captadoras de agua pluvial al interior del Rancho Jorge, ninguna de las tres dependencias se pronunció sobre el caso en las solicitudes de información hechas por  www.evlyn.online para este reportaje.

La Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible del Estado de México tampoco atendió las solicitudes de información elaboradas por www.evlyn.online

En el caso de la Semarnat, que dirige Alicia Bárcena Ibarra, la solicitud de información fue atendida por Ivonne Valencia, directora de Información y Coordinación General de Comunicación Social, quien omitió dar respuesta a los cuestionamientos de www.evlyn.online y reenvió una respuesta que previamente ya había emitido la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) a solicitud de este medio sobre la importancia ambiental que tiene el ANP de Valle de Bravo.

Mientras que en Conagua, a cargo de Efraín Morales López, la solicitud de información fue atendida con un “Nosotros no traemos el tema, sino Profepa”, a través de Fernando Melo Hernández, coordinador general de Comunicación y Cultura del Agua.

En tanto, la Profepa encabezada por Mariana Boy Tamborrell, respondió a través de su coordinadora de comunicación social, Blanca Cecilia Navarro González, con el siguiente mensaje: “En Profepa no tenemos información de esa zona y sugirió dirigir la información a la Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible del Estado de México, pero esa Dependencia tampoco dio respuesta respecto al Rancho San Jorge.

Documentos obtenidos vía transparencia por www.evlyn.online confirman que tanto Semarnat, Conagua, Profepa, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible del Estado de México, así como la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México,  el Organismo de Cuenca del Valle de México y autoridades municipales de Valle de Bravo, tenían conocimiento de las obras que se llevaban a cabo en el Rancho San Jorge desde hace al menos un año pero ninguna autoridad impidió que el desarrollo continuara consolidando las presas de captación de agua.

El Rancho San Jorge fue clausurado por la FGR apenas este año. Crédito: Evlyn.Online
El Rancho San Jorge fue clausurado por la FGR apenas este año. Crédito: Evlyn.Online
VALLE DE BRAVO, UN SANTUARIO DEL AGUA “EXTREMADAMENTE VULNERABLE”

Enclavada en una variedad de ecosistemas boscosos, el Área Natural Protegida de Valle de Bravo es una región que cautiva por la variedad de paisajes montañosos en las que se impone la belleza natural del bosque de encino, bosque de pino-encino, bosque de oyamel, bosque de pino, pero también la selva mediana subcaducifolia, la selva baja caducifolia y el pastizal inducido. Entre estas importantes extensiones forestales emergen 101 corrientes que contribuyen a la captación de agua en las cuencas hidrográficas y al menos 841 manantiales, pero son “extremadamente vulnerables”, advierte la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

“Los manantiales que se ubican en el territorio del ANP, perennes o intermitentes, provienen de aguas subterráneas y están asociados a la presencia de niveles impermeables en el subsuelo, aportan agua a los arroyos y corrientes de agua como tributarios de los ríos, manteniendo microclimas que permiten la presencia de flora y fauna específica. Son extremadamente vulnerables a la degradación debido a su extracción excesiva y a la contaminación de las aguas subterráneas”, alerta la Conanp en respuesta a una solicitud de información hecha por www.evlyn.online

El territorio de esta ANP denominada Área de Protección de Recursos Naturales Zona Protectora Forestal los Terrenos Constitutivos de las Cuencas de los ríos Valle de Bravo, Malacatepec, Tilostoc y Temascaltepec, comprende una superficie de 140 mil 234 hectáreas.

El ANP de Valle de Bravo también se conoce como el "Santuario del Agua" por su importante producción hídrica a través de los ecosistemas forestales. Crédito: Evlyn,.Online
El ANP de Valle de Bravo también se conoce como el “Santuario del Agua” por su importante producción hídrica a través de los ecosistemas forestales. Crédito: Evlyn,.Online

 

Se le conoce como el “Santuario del Agua” y también como el “Gran tinaco de la Ciudad de México” porque los bosques de oyamel, pino, encino, mesófilos de montaña y selvas bajas caducifolias, son generadores de diversos servicios ambientales entre los que destaca la captación de agua que luego abastece a los habitantes de la Ciudad de México y su zona conurbada.

La Conanp tiene identificado que través de las subcuencas Valle de Bravo, Ixtapan del Oro y Villa Victoria, se provee de agua al Sistema Cutzamala que abastece a los municipios y delegaciones más pobladas del Estado de México y Ciudad de México; aportan el 24 por ciento del agua potable que abastece al Valle de México, beneficiando a 13 alcaldías de la Ciudad de México y a 14 municipios del Estado de México.

El sistema Cutzamala es un sistema de presas, plantas de bombeo y canales para almacenar, conducir, potabilizar y distribuir agua dulce desde su embalse en las presas que forman parte de su infraestructura hidráulica (Chilesdo, Ixtapan del Oro, Colorines y Valle de Bravo en el estado de México y Tuxpan y Del Bosque en el estado de Michoacán)

“La conservación de los manantiales es indispensable para el mantenimiento de la disponibilidad del agua en cantidad y calidad, con ello se garantiza la protección de las cuencas hidrográficas, a través de la infiltración del agua en el suelo y la reducción del escurrimiento superficial; la regularización del flujo en nacientes y de cursos de agua, así como el mantenimiento y recarga de acuíferos; el mantenimiento de parámetros físicos, químicos y biológicos de la calidad del agua; y la contención de procesos erosivos”, enfatiza la Conanp.

De acuerdo con el Programa de Manejo, en esta ANP viven 203 mil 477 habitantes siendo Valle de Bravo el municipio con la mayor población, 65 mil 703 habitantes.

Más de 200 mil habitantes viven en el ANP de Valle de Bravo. Crédito: Evlyn.Online
Más de 200 mil habitantes viven en el ANP de Valle de Bravo. Crédito: Evlyn.Online

 

Debido a su variación altitudinal y su ubicación geográfica, en este territorio que va desde mil a más de tres mil metros de altitud, se distribuyen bosques de oyamel, a los que llegan cada año mariposas monarca para formar colonias de hibernación para completar su ciclo migratorio.

Se tienen registradas 2 mil 341 especies de plantas, 27 en alguna categoría de riesgo, y 479 especies de animales, con 75 en alguna categoría de riesgo. De las especies de fauna, 80 son de mamíferos, más de 300 de aves, 44 de reptiles, 33 de anfibios y 13 de peces.

Dentro del ANP se han identificado poblaciones importantes de especies de Mariposa Monarca, Ajolote arroyero, Ajolote de Toluca, Dragón arborícola, Gallina de monte, Puma, Ocelote, Tigrillo, Jaguarundi, entre otras.

Pero el cambio de uso de suelo con fines inmobiliarios o productivos, la contaminación del agua, la deforestación, así como la presencia de plagas, enfermedades forestales por estrés hídrico o incendios forestales y la contaminación del suelo por malas prácticas agrícolas, amenaza la preservación de la biodiversidad que habita aquí.

“La pérdida de la vegetación natural actúa directamente en la pérdida de hábitat y de especies, la reducción de los recursos forestales, el incremento en la erosión y la pérdida de la fertilidad del suelo, también se reduce la capacidad de almacenar carbono en la biomasa de la vegetación, aumenta la escorrentía superficial, especialmente cuando se producen fuertes precipitaciones de tormenta lo que ocasiona desbordes, inundaciones, erosión, difusión de contaminantes, entre otros efectos”, anticipa la Conanp.

Al reflexionar con Evlyn.Online respecto a cómo procurar un esquema de protección más sólido al ANP de Valle de Bravo, la Conanp desliza tres acciones prioritarias:

  • Campañas de difusión y sensibilización dirigidas a desarrolladores y clientes promoviendo los valores y normatividad del área natural protegida, mediante el uso de las tecnologías de información y comunicación, así como de forma presencial.
  • Promover la unificación de criterios de tipo técnico con prestadores de servicios, para que los tomadores de decisiones cuenten con insumos para la construcción de una política integral de ordenamiento del territorio.
  • Impulsar acuerdos de colaboración interinstitucional que garanticen la supervisión y el cumplimiento de los ordenamientos ecológicos y territoriales que involucran la superficie del área natural protegida, y que confluyan en la alineación de aplicación de sus políticas públicas ambientales, implementando de forma efectiva sus instrumentos normativos.
El agua es uno de los servicios ambientales más preciados en el ANP de Valle de Bravo. Crédito: Evlyn.Online
El agua es uno de los servicios ambientales más preciados en el ANP de Valle de Bravo. Crédito: Evlyn.Online

 

En un intento por preservar los servicios ambientales de esta ANP, actualmente la Conanp lleva a cabo monitoreos de especies y de la biodiversidad con la finalidad de generar información para orientar su manejo, promueve y asesora proyectos de restauración, conservación y actividades productivas alternativas involucrando la participación de los habitantes del área, a fin de reducir y mitigar los impactos por incendios forestales, aprovechamiento de los recursos naturales y prácticas productivas inadecuadas.

De igual manera, trabaja en fortalecer los mecanismos e instrumentos de coordinación institucional para la aplicación de la normatividad ambiental, mediante la emisión de opiniones técnicas en materia de impacto ambiental, cambio de uso de suelo, permisos y autorizaciones.

Se fortalece también la participación social mediante el seguimiento a la operación del Consejo Asesor, y se promueve la coordinación con las dependencias del sector ambiental federal, estatal y municipal para implementar estrategias de vigilancia previniendo la comisión de ilícitos ambientales.

Los guardaparques son cruciales en el vínculo con la sociedad para hacer equipo con brigadistas comunitarios y desarrollar acciones enfocadas a la conservación, protección y vigilancia del ANP

CUANDO LA SOCIEDAD VIGILA EL TERRITORIO

Aunque cada vez son más los empresarios y desarrolladores que ven en el ANP de Valle de Bravo un terreno fértil para construir grandes desarrollos, la sociedad vallesana también está asumiendo un rol más activo en la vigilancia de su territorio y tras el cateo en el Rancho San Jorge, anunció que se mantendrá “muy al pendiente” de que se impongan las sanciones y multas correspondientes, así como las acciones de restauración a los infractores.

El Observatorio Ciudadano de la Subcuenca Valle de Bravo-Amanalco, que agrupa a 27 organizaciones de la sociedad civil, exige a las autoridades ambientales el oportuno seguimiento del caso luego del cateo y tras un año exigiendo que se frene este desarrollo.

“Las organizaciones y vallesanos firmantes reiteramos la necesidad de imponer todo el peso de la ley y cero tolerancia, a fin de inhibir que este tipo de conductas se repitan, al margen de la ley, se repitan en Valle de Bravo ya que no solo infringen el estado de derecho sino que causan un grave daño a nuestros ecosistemas, su biodiversidad y a los propios servicios ambientales que el área natural protegida federal y estatal provee no solo a los vallesanos, sino a millones de personas en la CDMX y el Valle de Toluca en términos de provisión de agua y regulación del clima”, demanda el Observatorio en un pronunciamiento público.

Habitantes de Valle de Bravo vigilan defienden su territorio frente a grandes desarrolladores. Crédito: Evlyn.Online
Habitantes de Valle de Bravo vigilan defienden su territorio frente a grandes desarrolladores. Crédito: Evlyn.Online

 

La vigilancia territorial que realiza el Observatorio es fundamental para la recopilación, el análisis y la evaluación sobre el estado del medio ambiente del ANP de Valle de Bravo y el impacto que tiene sobre ella desarrollos como el Rancho San Jorge. Fue precisamente esta sinergia colectiva la que detectó tempranamente los posibles daños ambientales que ocasionaría esta obra.

Hoy, este mismo Observatorio, no da un paso atrás en la exigencia a las autoridades para que se tomen las medidas preventivas necesarias que eviten que se agraven más los impactos ambientales.

 

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