Cafetaleros agrupados en la cooperativa Comon Yaj Noptic producen café orgánico en parcelas ubicadas en la zona de amortiguamiento de la Reserva de la Biósfera El Triunfo, en la Sierra de Chiapas, con un modelo de economía solidaria que protege a bosques y selvas de la destrucción mediante el cambio de uso de suelo. A 30 años de su fundación, su legado es un ejemplo de alternativas productivas que les proporcionan empleo e ingresos a partir de la preservación de los recursos naturales, ya que su propia existencia depende de la conservación de esta Área Natural Protegida.

La Concordia, Chiapas. José Luis Gómez Liébano, junto a un grupo de indígenas tsotsiles cafetaleros, fundó la cooperativa “Comon Yaj Noptic” hace 30 años cuando se hartó de intercambiar su cosecha de café con el dueño de la finca donde trabajaban sus papás, o con algún otro intermediario, por maíz, frijol o azúcar para consumo de él y su familia.

En 1995, él sembraba dos hectáreas de café árabe y “chapurras amarillas”, un término asociado a la variedad de granos de café caturra amarilla y a la que se le atribuye una buena calidad con notas frutales cítricas, chocolate y caramelo. Pero sus cultivos eran más un pasatiempo, dice, porque no le representaban ninguna ganancia económica.

“Se cultivaba a como nos enseñaron nuestros padres. Ese café lo vendía con quien pasara a comprarlo. Nosotros le llamamos coyotes que son los intermediarios que realmente era el dueño de la finca que podía comprar a cambio de maíz, frijol, azúcar. O después con alguno que llegaba a comprar, un intermediario, se le vendía a como saliera el cafecito”, comparte en entrevista con Evlyn.Online

Integrantes de Comon Yaj Noptic en entrevista con Evlyn.Online
Integrantes de Comon Yaj Noptic en entrevista con Evlyn.Online

 

La siembra en el cafetal fue un oficio heredado por sus padres. Desde niño aprendió a sembrar el grano de café en sus parcelas ubicadas en la zona de amortiguamiento del Área Natural Protegida (ANP) Reserva de la Biósfera El Triunfo en la Sierra Madre de Chiapas.

Por la ubicación de sus parcelas, sus cultivos se desarrollan a una altitud óptima para los cafés de altura que se siembran por encima de los mil metros sobre el nivel del mar propiciando un cultivo con temperaturas más frescas y condiciones de sombra que favorecen la cosecha de granos con características únicas de sabor y aroma.

Aunque sus parcelas están dentro de un ANP, el plan de manejo identifica la zona de amortiguamiento como un espacio viable para realizar actividades productivas y en donde el modelo de Reserva de la Biósfera propone que las personas que viven aquí, a veces en condiciones muy precarias, desarrollen propuestas de conservación de los ecosistemas naturales que favorezcan el desarrollo y su sustento económico.

“Se trabajaba el café como un hobby porque no era negocio. En realidad, mis papás trabajaban en la finca. Nosotros, como éramos los chamaquitos, teníamos que hacer el cafetal y debíamos trabajar allí sin ninguna ganancia”, recuerda.

Pero el 19 de mayo de 1995, junto con otros 200 pequeños productores de café de origen tsotsil igual que él, fundaron la cooperativa “Comon Yaj Noptic” que en su lengua significa “Todos lo estamos pensando”, en el Rancho Limonar del municipio de La Concordia.

Desde sus inicios, se plantearon ser una cooperativa que les permitiera producir y comercializar café para mejorar el nivel de las familias a partir de una economía solidaria pero también asegurar un pago justo para cada socio, gestionar apoyos económicos para producir café de calidad competitiva en el mercado y atraer proyectos sociales en beneficio de las comunidades tsotsiles como escuelas comunitarias, casas de salud, caminos saca cosecha, energía eléctrica o puentes colgantes.

 

La organización de los pequeños productores cafetaleros y dueños de la tierra dentro del ANP se fue consolidando con el apoyo de organizaciones aliadas como Conservación Internacional A.C. que en 2001 les asesoró para certificarse y comercializar su café en Estados Unidos.

“Hace 30 años se constituyó, pero antes de constituirse trabajábamos como grupos comunitarios y entonces se decidió que se tenía que hacer una organización para bajar programas de gobierno y se le puso el nombre de Comon Yaj Noptic porque la mayoría de socios son de raíces indígenas de los altos de Chiapas. Se empezó a vender a intermediarios sin tener ningún sello. De allí, vino Conservación Internacional y a través de varios aliados, se empezó a trabajar con cafés orgánicos y empezamos en el 2001 a certificarnos. En el 2003 recibimos el primer certificado orgánico y ya así pudimos exportar. Ya con ese mercado se le vendía a Starbucks, fue como los primeros pasos de la organización el hecho de que vendiéramos nuestro producto a mejor precio”, explica.

La certificación como productores de café orgánico trajo la satisfacción de vender su producción en el mercado extranjero, pero también generó conflictos internos en la cooperativa porque implicó que, en un principio, algunos socios se resistieran a dejar de usar fertilizantes químicos. También se enfrentaron a la complejidad de acopiar el café y a la reducción de ganancias porque producir orgánicamente les presentaba dejar de ganar al menos 70 mil pesos por hectárea en 2011.

“Hicimos un diagnóstico y en ese tiempo era dejar de ganar por una hectárea 70 mil pesos que ya es como para comprarse un carrito, sí es mucha tentación elevar la producción a través de químicos. Se sufría para colectar el café. También que estuviéramos de acuerdo que íbamos a vender orgánico y muchos no querían porque era mucho trabajo. De ser 200 socios pasamos a 80 y de allí empezamos otra vez a crecer y a crecer, reforzando nuestros conocimientos y el lazo que nos une ahorita como organizaciones diversas pero unidas en Comon porque allí tenemos que revisar la calidad, los préstamos, los créditos y ya nos favorece mucho ahorita esto de vender nuestro café con mejor precio”, agrega.

Actualmente, la cooperativa congrega a más de 100 pequeños productores de café de 12 comunidades de los Altos de Chiapas y sus parcelas se trabajan con técnicas agrícolas sostenibles que buscan proteger los recursos naturales de la Reserva de la Biósfera El Triunfo y la salud del suelo utilizando métodos como el compostaje, la rotación de cultivos y los abonos orgánicos.

Cada productor aporta su cosecha y participa en las asambleas y decisiones de la cooperativa. Tienen una producción anual de 113 toneladas de café.

La intención de mantener una producción orgánica en parcelas inmersas en el bosque mesófilo de montaña de la Sierra Madre de Chiapas es prioritaria no sólo para abrirse mercado, también para protegerse de los embates de la naturaleza como les sucedió con los huracanes Mitch (1998) y Stan (2005).

“Se hizo un monitoreo después de los dos desastres que pasaron aquí en la zona, en el 2005 fue el último y en el 98 el primero, nos cambió la vida porque se llevó gran parte de la producción de café porque todas las cañadas fueron arrasadas y bajó demasiado la producción. Esa parte de monitoreo biológico a mí me crea nostalgia aprender tanto de la naturaleza y saber que estamos contribuyendo con el medio ambiente. Me gustaría ser recordado como alguien que cuida el medio ambiente, el cuidar nuestra parcela y producir orgánicamente, así me gustaría seguir viendo esta cooperativa. No me gustaría que se cambiara el tipo de producción porque quizá, lo hemos platicado muchas veces y sí, da bastante tentación el dinero, pero el trabajar orgánicamente es más esfuerzo, pero es más saludable”, reflexiona José Luis.

Para el ciclo cafetalero 2024–2025, Comon Yaj Noptic aparece en el listado de comercializadores habilitados por AMECAFÉ, lo que facilita su acceso a mercados nacionales e internacionales.

Además, su café está certificado como Fair Trade y orgánico, cumpliendo estándares internacionales de comercio justo y producción ecológica.

Producción de café en Comon Yaj Noptic.
Producción de café en Comon Yaj Noptic.

 

Enrique Gallegos cuenta que fue un reto para él y su hermano convencer a sus papás para que dejaran de cultivar café de manera convencional y adoptaran el esquema sustentable para una producción orgánica.

“Fue un reto porque en la familia lo trabajaban de manera convencional. Ellos (sus papás) ingresan a la cooperativa en el 2001 y es cambiar el modo de pensar porque es cambiar de un sistema de producción a otro, entonces, sí fue un reto, pero afortunadamente mi hermano mayor, que también es socio de esta cooperativa, fue el que convenció a mi papá para cambiar de un sistema de producción convencional a orgánico. Al cambiar de una producción convencional a una orgánica donde se ve es realmente en el bolsillo porque ya dejas de obtener los ingresos que tenías, pero afortunadamente mi hermano mayor hizo un trabajo de convencerlos de que sí era importante cambiar a este sistema”, comenta.

Que sus parcelas estén dentro de la Reserva de la Biósfera El Triunfo, considera Enrique que les favorece para dimensionar el impacto que tiene la cooperativa al adoptar la sustentabilidad como eje rector en la producción de café.

La Reserva abarca 119 mil 117 hectáreas y desde 1990 fue decretada como ANP para proteger 10 tipos de vegetación entre ellos el bosque de niebla que está clasificado como uno de los más diversos de especies de árboles en norte y Centroamérica y uno de los más extensos del país.

“Algo que nos ayuda mucho es estar en la zona de amortiguamiento de esta importante Reserva a nivel mundial como es la Reserva de la Biósfera de El Triunfo. Yo he tenido la oportunidad de ir al campamento a la Reserva del Triunfo y acá en El Quetzal y realmente ves por qué es importante seguir en este modelo de producción orgánico. Quizá no estás teniendo el ingreso que otras personas tienen, pero sí estás teniendo conciencia de por qué es importante y nuestra generación, nuestros hijos, ¿qué les vamos a dejar?, allí es donde tenemos conciencia de qué le queremos dejar a nuestros hijos”, señala.

Pero también, en la medida en la que adoptan prácticas de producción más sustentables, enfatiza que sus parcelas son menos vulnerables al impacto de plagas como les ocurrió en 2012 cuando perdieron plantaciones de café de más de 40 años debido a la roya, una enfermedad devastadora que llega a matar la planta.

“Cayó la roya en 2012 y agarró a plantaciones de más de 40 años que no tenían ningún manejo y se viene abajo la producción. Fue una plaga que subió por Centroamérica y luego llegó a México. Fue un reto porque aquí ya vienen más normas técnicas para la producción, nuevas plantas para que se adaptaran y fueran más tolerantes. Fue un gran proceso y en cuanto a enseñanzas fue importante porque nos enseñó la importancia de nutrir los suelos con composta, enriquecer nuestro suelo a través de organismos vivos para que podamos seguir cultivando el café y otros productos como son los cítricos que se adaptan muy bien a la zona”, afirma.

Que el cultivo de café orgánico contribuya a la preservación de los recursos naturales de la Reserva y al mismo tiempo sea un sostén económico que involucra directamente a los dueños de las parcelas, es una de las principales satisfacciones que destaca Enrique, aunque admite que, a lo largo de las tres décadas de trabajo consecutivo, hay éxitos pero también muchos aprendizajes.

“Afortunadamente celebramos 30 años de esta cooperativa y, yo que ya soy segunda generación, estamos tratando de perdurar en este legado que nos han dejado nuestros padres y abuelos”, recalca.

Caralampio Robles López, quien este 2025 es tesorero de la cooperativa, dice que su prioridad es entregar cuentas claras y servir a sus compañeros cafetaleros pero su mayor satisfacción, es saber que, gracias a sus cultivos, protegen el bosque de prácticas ilegales como la tala y aumentan su resiliencia frente a huracanes.

“En el 98 yo vi el huracán y vi cómo arrasó. En la casa donde yo vivo hay dos ríos y vi cómo acabó con todas las zonas arboladas que había en el río. Y luego, ya se estaban recuperando los árboles, y en el 2005 igual. Otro huracán volvió a acabar los árboles. Tener cuidado con el medio ambiente, no talar, esa es una gran satisfacción. Si no hay árboles, no hay vida y agua también”, opina.

En su historia de 30 años de desarrollo la cooperativa ha generado varias figuras, entre las que destacan Café Metik, que significa “Grandes Mujeres” y da lugar a su slogan: Café de Grandes Mujeres.  En esta organización formada sólo por mujeres, ellas son dueñas de parcelas, trabajan el proceso de café y tuestan y muelen para vender en mercado nacional.

Las mujeres desarrollaron su propia marca de café denominada Metik.
Las mujeres desarrollaron su propia marca de café denominada Metik.

 

Ángela Reyes Méndez es la secretaria de acuerdos y actas del comité directivo de la cooperativa y confiesa que su mayor satisfacción es contribuir a la conservación de la naturaleza con la protección de las especies, de la flora y fauna de las comunidades.

Los productores de café que entran a la cooperativa, explica, trabajan su parcela de manera orgánica, adoptando las formas de manejo sustentable que implementan todos los socios.

Quien consume el café de Comon Yaj Noptic, dice, debe disfrutarlo con la confianza de que está consumiendo un grano que aporta beneficios a la salud y al medio ambiente.

“Va tener mejor salud, mejor unión de familia y se van a llevar un buen sabor de boca por la calidad con la que Comon lo cultiva”, sostiene.

Su reto como una de las mujeres de la mesa directiva en la cooperativa, dice que es tener más acercamiento con los productores de café y procurarles un buen pago por su producto, así como entregarles buenas cuentas de sus ganancias.

Benito Pérez Santis, presidente de la cooperativa, destaca la experiencia que aportan 20 socios fundadores y plantea que es responsabilidad de los nuevos integrantes involucrar a las siguientes generaciones en la producción orgánica.

“Seguir con las nuevas generaciones que venimos sobre todo cuidando al medio ambiente que va a la mano con nuestra producción del café y seguir fomentando las nuevas prácticas que puedan ser un beneficio para el medio ambiente. No es solo un café orgánico, es un café con insumos que se le aplican y se producen a nivel cooperativa. Desde la parcela a la taza, es un café de alta calidad pero tiene que ver con toda esa parte del esfuerzo humano”, insiste.

Tras tres décadas de su fundación, la cooperativa promueve el ecoturismo en la Reserva de la Biósfera El Triunfo y ofrece una cata de café mientras el visitante se sumerge en el contacto directo con la naturaleza y la cultura tsotsil.

A través de la figura Puerta a la Montaña, una agrupación de jóvenes que se capacitaron como observadores de aves con ayuda de Pronatura Sur, actualmente son guías de turismo de naturaleza y cuentan con un portafolio de experiencias para el visitante.

Los cooperativistas de Comon Yaj Noptic ofrecen al ecoturista alojamiento en sitios con atractivos naturales propiciando una interacción con la naturaleza y el conocimiento sobre sus métodos sustentables de producción cafetalera.

“Estamos prácticamente en la zona de amortiguamiento de la Reserva El Triunfo, es donde se produce. Los suelos son de buena calidad, bien manejables. Al llegar a la Reserva, se ve lo que es el quetzal, el pavón, y otras especies que están en peligro de extinción. Es muy bonita el área y prácticamente muy frescas zonas boscosas. Prácticamente es la apreciación de la tierra. Es el sustento de las familias y pues lo que hemos inculcado a nuestros socios es que se cuide la naturaleza, se mantengan las aves, se queden los bosques intactos y mantener las especies nativas de árboles para que el ecosistema no se salga de control, por ejemplo, con el disparo de plagas o de enfermedades”, añade Alonso Gómez Hernández, quien se integró en 2013 a la cooperativa.

Con la finalidad de mantener en el largo plazo la producción orgánica de café, Alonso destaca que ya implementa varias prácticas de agroecología, manejo de biodiversidad, producción de composta y una biofábrica.

Para José Ruiz Díaz, miembro del consejo de vigilancia de la cooperativa, lo más importante es garantizar la calidad orgánica del café.

“El compromiso es difícil. Es estar pendiente de la entrada y salida de café. A veces hay cosas que no salen bien o haces venta de café y no va bien. O que te salga un trabajo de la cooperativa, o una venta y te salió un detalle. Aparte de que como se vende un café de calidad certificada, entonces, esa parte es importante. Es café que se vende aquí de alta calidad”, subraya.

Que sean los socios de la cooperativa como habitantes locales quienes prestan los servicios de la actividad ecoturística y fomentan la producción orgánica de café es fundamental para que los ecosistemas en la Reserva puedan conservarse y se consoliden como un ejemplo de economía social con perspectiva territorial que propicia el desarrollo integral y sustentable invitando a reproducir este modelo en otras regiones del país con características similares.

Con Puerta a la Montaña los cooperativistas ofrecen servicios de ecoturismo.
Con Puerta a la Montaña los cooperativistas ofrecen servicios de ecoturismo.

 

Miriam Janeth González García, directora del ANP Reserva de la Biósfera El Triunfo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), conoce desde hace más de una década a los integrantes de Comon Yaj Noptic y define a sus integrantes con una frase: fuerza de voluntad.

“A lo largo de toda esta historia, una constante que he visto entre sus integrantes, es tratar de ser mejor, mejorar lo que tienen. Muestran que la alianza entre comunidades, el slogan de todos lo estamos pensando, es el motivo que tienen para continuar sus actividades y son un ejemplo de cómo las comunidades pueden organizarse con una fuerza social importante sin necesitar de tener apoyo gubernamental siempre. Recordemos que todo esto inicia como trabajo voluntario en aquel rancho donde, por primera vez, piensan en organizarse para bajar dinero de gobierno, pero nadie les pagaba por hacer esa propuesta, era parte de un trabajo voluntario para beneficio de los demás. Comon Yaj Noptic es una excelente forma de demostrar cómo los humanos podemos ayudar a grandes cosas en beneficio de todas las comunidades, llevar mejoras a sus comunidades y mostrar que el desarrollo no está peleado con la conservación de la naturaleza. Genera una comercialización enorme y hace todo para seguir viviendo acorde al ambiente”, afirma.

Para que los integrantes de la cooperativa puedan consolidarse como exportadores internacionales y prestadores de servicios ecoturísticos, ha sido indispensable el acompañamiento de organizaciones aliadas y el propio personal directivo de la Reserva que les apoya en sus procesos de capacitación y apropiación de los proyectos.

“Comon es destacado en toda la región, no solo por las comunidades a las que le da trabajo directo con el café, sino también por muchas de las actividades que promueve con jóvenes, con niños, sus actividades con las escuelas. Ha surgido de allí un grupo de teatro educativo que lleva funciones a muchas comunidades, el grupo de mujeres propietarias de muchas parcelas que ven el producto del café desde el campo hasta la bolsa, Puerta de la Montaña con aquellos niños que empezaron a hacer monitoreo de aves con Pronatura Sur y que terminan siendo guías de turismo excelentes para que el visitante pueda conocer la fase de caficultura, la fase de naturaleza, la fase comunitaria. Fue una de las organizaciones que en toda la región puso la primera preparatoria en línea. Hicieron un hospedaje, un sitio donde pudieran dormir los hijos de los productores que llegaran a estudiar sus estudios por internet. Después hicieron la cafetería restaurante que hoy en día es la base para que la gente pueda llegar a Comon, consumir, hospedarse, tienen cabañas para ecoturistas. Tienen un gran salón que con el apoyo del IMPI se pudo lograr este gran salón de reuniones con el que cuentan”, celebra la directora del ANP.

A medida que se procura la preservación de los ecosistemas naturales dentro de la Reserva, los dueños de las parcelas pueden encontrar un sustento de vida digno. De lo contrario, la alternativa que les queda enfrentar la amenaza de la deforestación por el cambio de uso de suelo para actividades agropecuarias o plantaciones agroindustriales.

La próxima vez que beba una taza de café, procure que sea de las parcelas de Comon Yaj Noptic.

Lo que debes saber

Fuente: Comon Yaj Noptic

 

*Su nombre significa “Todos lo estamos pensando”

* Inició con 201 socios interesados en producir y comercializar café para mejorar el nivel de vida de sus familias

*Actualmente son una cooperativa de economía social dedicada a la producción y comercialización de café

* Cada productor entrega su café para ser acopiado en gran volumen y comercializarlo en el mercado. Los pequeños productores cafetaleros son tsotsiles y pertenecen a 12 comunidades de los Altos de Chiapas: San José las Violetas, Cerro Bola, San Pablo, San Juan, Emiliano Zapata, San Diego, Berlín, San Francisco, Santa Rita, Santa Cruz, Plan de la Libertad Baja, Palmira.

*Son un ejemplo de producción orgánica y ecoturismo para la conservación de los recursos naturales en una Área Natural Protegida.