Homún,Yucatán. Maribel Ek Can, una yucateca de 44 años de origen maya, tiene miedo. Esa sensación de temor la acompaña desde hace 6 años que se enteró de que la empresa Producción Alimentaria Porcícola (PAPO) pretende instalar una granja para albergar 49 mil cerdos en un predio ubicado a unos kilómetros de su casa, la cual está junto al cenote de agua azul mejor conocido aquí en el pueblo como gruta de “Santa María”.

“Los 49 mil cerdos van a ser más que los 9 mil habitantes de mi pueblo. ¿Va haber más cerdos que gente? Si la granja se llega abrir, mi temor es que me va ensuciar y manchar el agua del cenote, pero también los otros cinco cenotes que tengo a menos de una cuadra se van a contaminar. Estos son cenotes que no son explotados turísticamente pero allí están. Entonces, ¿por qué vienen a dañar este lugar de cenotes?”, se pregunta en entrevista con Evlyn.Online

Pie de foto: El cenote Santa María alberga una gran cantidad de agua.
                                                       Pie de foto: El cenote Santa María alberga una gran cantidad de agua.

 

Maribel está parada frente al cenote de Santa María y mientras contempla las cavernas, repasa su infancia que no puede entenderse sin el respeto que su padre le inculcó, a ella y a sus hermanos, por ese cuerpo de agua que está catalogado como epicentro del Anillo de Cenotes de Yucatán, conformado por al menos mil 200 cenotes conectados subterráneamente y considerado un sistema hidrológico único en el mundo. Esta zona tiene una categoría de protección estatal como Área Natural Protegida identificada como “Reserva Geohidrológica Anillo de los Cenotes”

“El Anillo de los Cenotes está a cuatro kilómetros de donde yo vivo y justo en frente está el terreno de la granja de cerdos. Le llamamos Anillo de los Cenotes a una parte donde podemos ver como 20 cenotes en una misma fila”, explica.

Pie de foto: Maribel Ek Can frente al cenote Santa María.
Pie de foto: Maribel Ek Can frente al cenote Santa María.

 

Cuando era niña, Maribel disfrutaba recorrer el cenote Santa María en penumbras alumbrando con una vela el recorrido que hacía junto a su padre y sus hermanos que en aquellos tiempos acarreaban agua para bañarse, para regar las plantas o para otras labores domésticas.

Pero cada vez que se introducían en las cavernas del cenote, su padre les advertía que tenían que mostrar respeto porque el dueño de esas aguas se enojaría. Aunque ella y sus hermanos insistían en conocer a ese señor, tuvieron que pasar muchos años para que su papá les revelara que el verdadero propietario de ese lugar era el pájaro Toh, un ave que habita en lugares cercanos a los cenotes y que tiene gran relevancia en la cultura maya.

Pie de foto: El cenote Santa María está conformado por bóvedas.
                                                                 Pie de foto: El cenote Santa María está conformado por bóvedas.

 

“Tenemos una creencia que mi papá nos dejó. Siempre que entrábamos al cenote, mi papá nos pedía que no hiciéramos mucho ruido, que no nos peleáramos entre nosotros, ni dijéramos palabras groseras porque allí está el dueño del cenote y ya no pudiera dejarnos pasar. Cuando tú tienes esta creencia, te hace tenerle un respeto y tú respetándolo, estás protegida.

Este es un lugar en el que tienes que estar dentro para sentir ese silencio, esa energía. El pájaro Toh trae la naturaleza encima de él. En su pecho, tiene lo café de la tierra. Tiene el azul del agua en su cabeza y en sus plumas, a un ladito de su cola tiene lo verde de las plantas y en su pico tiene lo negro de la oscuridad. Mi papá nos dijo: este pájaro es el guardián de los cenotes, él es el dueño de los cenotes”, recuerda.

El cenote Santa María tiene zonas con iluminación interna.
                                                                            El cenote Santa María tiene zonas con iluminación interna.

 

Por la conexión que tiene con el lugar como parte de su cultura maya, porque vive junto al cenote, porque quiere heredarles a sus 6 hijos esa conciencia de defender el medio ambiente y porque no está dispuesta a permitir que una empresa porcícola contamine los cuerpos de agua naturales que rodean su pueblo, Maribel es una de las habitantes de Homún que lucha porque los cenotes sean reconocidos como sujetos de derecho.

Hace un par de semanas, Ella y otros habitantes de su pueblo, enviaron una solicitud al Presidente Andrés Manuel López Obrador, a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) para exigirles que hagan las modificaciones legislativas necesarias para que se protejan los derechos de los cenotes.

La misma solicitud fue enviada al gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, a la Secretaría de Desarrollo Sostenible (SDS) y a la Presidenta Municipal de Homún, Sandra Marisol Góngora Salas.

En la solicitud enviada a las autoridades, Maribel y sus vecinos exigen que se les respete su cultura maya, la cual considera que no pueden existir como pueblo sin territorio y sin los elementos de la naturaleza que lo conforman.

La petición se fundamentó en los avances del derecho internacional y del movimiento de los derechos de la naturaleza, pero surge como respuesta al grave problema de contaminación, ocasionada por el uso de agrotóxicos y pesticidas, así como la operación de la industria porcícola y avícola, la falta de planeación estatal para el manejo de las aguas residuales y las grandes concesiones de explotación de agua.

Pie de foto: El cenote Santa María tiene estalactitas y estalagmitas que se han ido formados durante cientos de años.
Pie de foto: El cenote Santa María tiene estalactitas y estalagmitas que se han ido formados durante cientos de años.

 

Esta solicitud busca que se reconozca la importancia de los cenotes y que las autoridades adopten las medidas necesarias para proteger estos cuerpos de agua, reconociendo que los pueblos mayas deben ser los que tutelen estas acciones, pues los cenotes se encuentran en su territorio y han desarrollado una profunda relación con ellos.

“Yo no soy propietaria del cenote Santa María, el cenote es municipal, pero yo soy vecina del cenote porque mi casa está junto a él, mi terreno está a 20 centímetros de la boca del cenote, así que yo soy muy muy vecina de él y por eso me llego a enojar cuando pienso que algo malo le pudiera pasar.

Yo quisiera que mis 6 hijos, que la más pequeña tuviera la oportunidad de seguir disfrutando y presumiendo que vivimos a lado de un cenote de agua azul. En mi pueblo hay cenotes con estalactitas de color marfil, yo quiero que esto permanezca por el respeto que le tenemos. Yo pregunto otra vez ¿por qué quieren contaminar un lugar de cenotes?, tienen que venir y conocer lo que estamos defendiendo para que vean que los cenotes tienen que tener derechos”, enfatiza.

 

 

La voz de Maribel fue escuchada en  panel “Derecho al agua según los estándares internacionales de la ONU”, del Seminario Internacional Permanente denominado “El Derecho Humano al Agua y la Libre Determinación de los Pueblos Indígenas”.

El foro contó con la participación de Pedro Arrojo Agudo, Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento; Bernardo Serrano González, Oficial de Derechos Humanos, Punto Focal sobre los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de la ONU-DH México; Maribel Ek Can, guardiana de los cenotes de Homún, Yucatán, México; Lourdes Medina Carrillo, abogada del equipo Indignación; y David Lovatón, asesor legal sénior de Fundación para el Debido Proceso (DPLF).

Pie de foto: El cenote Santa María tiene una entrada estrecha.
Pie de foto: El cenote Santa María tiene una entrada estrecha.