Guadalajara, Jalisco. Los bosques mexicanos no solo resienten el impacto de una temporada crítica de incendios forestales y los efectos de una sequía acumulada, ahora también están enfermando más rápido debido a la invasión de plagas.
De enero a junio, la superficie de bosque infectado por plagas y enfermedades aumentó casi 52 por ciento comparado con el mismo periodo de 2020.
Informes fitosanitarios de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) detallan que, del 1 de enero al 10 de junio de 2021, la superficie afectada por plagas y enfermedades fue de 10 mil 984 hectáreas de bosque, lo que representa un 51.9 por ciento más respecto a las 5 mil 705 hectáreas que se reportaron en el mismo periodo de 2020.
Los principales agentes causales de enfermedades en los bosques son las plantas parásitas que ya infectaron 5 mil 681 hectáreas principalmente en Querétaro, Estado de México, Baja California y Baja California Sur.
Pero la Gerencia de Sanidad Forestal de la Conafor no descarta que la invasión de plantas parásitas se extienda hasta 18 millones de hectáreas debido a que existen muchas especies de coníferas susceptibles.
“A nivel nacional tenemos un dato que me parece muy relevante que se conozca y es que existen las condiciones adecuadas para que se presenten estas plantas parásitas en cerca de 18 millones de hectáreas de las que tenemos arboladas en México. No quiere decir que ya estén, pero existen las condiciones para que se desarrollen”, advirtió Abel Plascencia González, gerente de Sanidad Forestal de la Conafor, en entrevista con Evlyn.Online
Las plantas parásitas como el muérdago modifican su raíz para poder penetrar en el tejido de los árboles y obtener de ellos sus nutrientes, causando debilitamiento y susceptibilidad del arbolado al ataque de otras plagas.
“Las plantas parásitas se están alimentando del árbol, no lo matan, pero sí lo va ir debilitando en cuanto a su capacidad de producir semilla”, señaló.
Otro problema fitosanitario en aumento es la invasión de insectos descortezadores, del 1 de enero al 10 de junio invadieron 3 mil 955 hectáreas de bosque.
“Para este año estamos registrando una superficie de enero a junio de casi 4 mil hectáreas con respecto al mismo periodo, pero de 2020, teníamos un registro de superficie afectada de 2 mil 427 hectáreas”, comparó el gerente de sanidad forestal.
Los insectos descortezadores es una de las plagas más letales para los bosques ya que se trata de pequeños escarabajos que viven debajo de la corteza del árbol y se alimentan del tejido que conduce a los nutrientes del mismo, provocando la muerte del arbolado.
En los bosques de Michoacán, Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Jalisco, es donde se identifican los mayores brotes epidémicos de descortezadores.
“Al insecto descortezador se le conoce como el gran silvicultor dentro de un ecosistema natural ¿por qué razón?, porque va buscar árboles, los va a matar y va a buscar dejar los mejores individuos. Pero no solamente mata a los árboles debilitados, también puede llegar a matar árboles vivos, arbolado muy sano”, explicó Abel.
Otras plagas forestales como la de los insectos barrenadores ya afectó 839 hectáreas mientras que los insectos defoliadores invadieron 176 hectáreas de bosques.
Por ejemplo, cactáceas de Baja California están enfermando por un brote de insectos barrenadores que se ha extendido a mil 800 hectáreas.
Mientras que los bosques de Oaxaca, Guerrero, Chihuahua y Nayarit, reportan invasión de insectos defoliadores.
“Entre los defoliadores las más comunes que tenemos en México son las moscas sierra, se alimentan del follaje del pino y van debilitando al arbolado. Si se alimenta de su follaje, no lo mata de manera inmediata, el árbol tiene la capacidad de poder emitir nuevos brotes, pero después de varias defoliaciones, lo puede llegar a matar o lo predispone a los insectos descortezadores que, al momento de entrar al árbol, matan al árbol”, indicó.
Aunque en 2021 los brotes epidémicos de plagas y enfermedades en los bosques mexicanos muestran una tendencia en ascenso, la Gerencia de Sanidad Forestal de la Conafor estima que la problemática mayor se verá reflejada en los próximos años, una vez que se acentúen los efectos de la sequía aculada y el impacto de los incendios forestales de la presente temporada.
“Sí esperamos que para 2022 y 2023 nuevamente se vuelva a presentar esta sequía acumulada y que tenga una afectación de manera muy relevante”, apuntó.
LIMITADA SANIDAD FORESTAL
La intervención oportuna de las brigadas de sanidad forestal de la Conafor para combatir plagas y enfermedades está obstaculizada debido a la falta de certidumbre en la tenencia de la tierra.
De acuerdo con la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable y su Reglamento, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) no puede emitir una notificación de sanidad sin tener la certeza de quién es el propietario del terreno donde hay presencia de plaga.
“La Ley es muy clara y señala que, si no cuenta con la documentación necesaria que acredite la legal posesión, nosotros no podemos emitir una notificación a pesar de que se trate de plagas. Nosotros como institución, tenemos que tener certeza de a quién le emitimos una notificación porque cuando hay presencia de plagas que ameriten remoción, puede surgir otra persona que reclame la legal posesión y se dan estas situaciones porque hay un beneficio de carácter económico y puede surgir un conflicto contra la institución o en las comunidades”, compartió Abel Plascencia González, gerente de Sanidad Forestal de la Conafor.
Este año la Conafor dispone de 45 millones de pesos para labores de sanidad a cargo de 90 brigadas a nivel nacional, no obstante, Abel consideró que se requiere una reforma en la Ley que permita garantizar la intervención oportuna en los bosques plagados.
“Sí se requiere una reforma que permita que cuando se trate de plagas y enfermedades se pueda acreditar la legal posesión con otro documento, por ejemplo, una constancia emitida por el municipio o por alguna autoridad local que dé certeza de que esa persona es la propietaria legal y dueña del predio”, recalcó.
En aquellas zonas donde sí puede acreditar la legal posesión del terreno forestal, la Conafor intenta atacar los brotes de plagas.
ECOSISTEMAS EN RIESGO
El Parque Nacional La Malinche, localizado entre los estados de Tlaxcala y Puebla, es uno de los principales ecosistemas amenazados por la invasión de insectos descortezadores.
“Allí es una problemática de tenencia de la tierra muy relevante porque todos los terrenos que están dentro del Parque Nacional Malinche no cuentan con documentos que acrediten la legal posesión. Sin embargo, con tal de que se puedan iniciar las actividades de saneamiento, hemos aceptado la constancia de posesión y de esa manera ir atendiendo el tema de descortezadores.
En esa zona tenemos el registro de cerca de 550 hectáreas que tienen problemas de descortezadores con notificaciones ya de que se están haciendo actividades de saneamiento. Es posible que haya más porque derivado de esta situación de la tenencia de la tierra, no se ha atendido, esa es la realidad”, indicó Abel.
La sierra sur de Oaxaca también está amenazada por plaga de descortezadores que ya afectó más de mil 700 hectáreas.
“En Oaxaca se han sumado varios factores: el fuego, la sequía acumulada, la tenencia de la tierra y la inseguridad que no permite que se puedan llevar las acciones de saneamiento y esto ha hecho que estos brotes se conviertan en grandes superficies. En esa región, tenemos estimado que más de mil 700 hectáreas están siendo afectadas, sin embargo, nosotros no podemos actuar de forma inmediata por esta circunstancia”, agregó.
Los bosques de Michoacán también son amenazados por constantes brotes de insectos descortezadores.
SUPERFICIE AFECTADA POR PLAGAS
PERIODO ENERO-JUNIO 2017-2021
Fuente: Conafor
2017 – 24 mil 795 hectáreas
2018 – 49 mil 134 hectáreas
2019 – 14 mil 640 hectáreas
2020 – 5 mil 705 hectáreas
2021 -10 mil 984 hectáreas