Ciudad de México. Si hay una lección aprendida de la década anterior es que los 196 países que se habían comprometido a cumplir las Metas de Aichi para frenar la pérdida de la diversidad biológica fracasaron debido a que no incluyeron a todos los actores clave que se requieren para aminorar la reducción de especies que, de continuar al alza, derivará en nuevos problemas de salud para la humanidad, plantea el biólogo Hesiquio Benítez Díaz, director general de Cooperación Internacional e Implementación de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

Este biólogo que actualmente se desempeña como presidente del Órgano Subsidiario de Asesoramiento Técnico, Científico y Tecnológico Sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, reflexiona en entrevista con Evlyn.Online sobre los motivos que impidieron el cumplimiento de las Metas de Aichi en México y en otros 195 países. Y de manera simultánea, revela cómo se preparan los líderes mundiales para firmar un nuevo Acuerdo en medio de una acelerada pérdida de especies a nivel mundial.

Las Metas de Aichi se acordaron en 2010 cuando 196 países, incluido México, se comprometieron a cumplir una serie de objetivos para salvaguardar la diversidad biológica, pero en 2020 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó que ningún país logró cumplir un solo objetivo.

“Hemos cerrado un ciclo y ningún país pudo cumplir o demostrar el cumplimiento de alguna de las 20 Metas de Aichi. A la hora de analizar ¿por qué esto no ha sucedido?, pues hay distintas explicaciones, pero una de las lecciones aprendidas es que no ha habido la inclusión suficiente de los actores clave. Las decisiones no solamente las debe de tomar el Gobierno sino las debe de tomar la sociedad en general, el sector privado, el sector financiero, hubo una gran falta en la toma de decisión de las mujeres, de los jóvenes, de los pueblos indígenas, de la sociedad civil”, señala.

Este biólogo que ha dedicado su carrera a promover la preservación de la diversidad biológica desde la Conabio está convencido de que no basta el liderazgo de un actor político para procurar la valoración, la recuperación y la preservación del patrimonio biológico de los países.

Se requiere, dice, todo un andamiaje alineado desde las políticas de gobierno para garantizar una gobernanza y una aplicación de la ley efectiva que, además, garantice presupuestos suficientes para valorar la biodiversidad y utilizarla de manera inteligente.

“A veces por mucha emoción que pueda tener un líder o un político, si todo el andamiaje abajo no está funcionando y no está alineado pues no van a pasar los cambios que se necesitan. Se necesita que todos le entremos además de la gobernanza, de la aplicación de la ley, una gestión de los gobiernos porque los gobiernos en los países en desarrollo no tienen recursos para financiar estos cambios y en todo caso, la reacción que está sucediendo es que los presupuestos para medio ambiente los siguen recortando. Se sigue reduciendo el presupuesto en lugar de aumentarlos. Canalizan más a las actividades productivas ya sea a las alimentarias, las turísticas, las energéticas, porque se consideran prioritarias, sí lo son, pero todos estos sectores deben incluir acciones que incluyan conservación y uso sustentable de la biodiversidad. Si no hay una biodiversidad sana, los objetivos de desarrollo sustentable no se van a cumplir ni los sociales ni los económicos”, enfatiza.

Actualmente existen un millón de especies en peligro de extinción a nivel mundial y en México más de 2 mil tienen una categoría de riesgo dentro de la Norma Oficial Mexicana (NOM-156-Semarnat-2010)

En el plano internacional, México es valorado como un país megadiverso cuya diversidad biológica se caracteriza por una elevada riqueza de especies y endemismos, especies cultivadas domésticas y sus parientes silvestres, aunada a la heterogeneidad del mosaico de paisajes en las que se distribuye.

 

Pero al mismo tiempo, es uno de los países donde prácticamente todos los ecosistemas han sido afectados por las actividades humanas y reportan drásticos cambios  ocasionados por el severo deterioro ambiental.

“México es un país megadiverso que tiene una gran cantidad de especies y de conocimiento tradicional. Esta riqueza deberíamos de sacarle provecho, por un lado, cuidándola correctamente porque muchas especies son endémicas y únicas en el país, y por otra, aprovechando esta gran riqueza que nos puede convertir en una potencia si manejamos las cosas bien. Tenemos que entrarle en lugar de dejar que esto se siga degradando, promover la conservación, la restauración de la biodiversidad y de todas las formas de vida en el planeta incluyendo el bienestar de los seres humanos, en particular de los mexicanos”, urge el biólogo.

El mayor reto que enfrenta el país es frenar la destrucción del hábitat que actualmente se ve impactado por incendios forestales descontrolados, por la agricultura intensiva, por la tala ilegal, el tráfico de especies y la sobreexplotación del mar. Además, hay problemas en la gestión del agua y una sobreexplotación de los bosques.

“Ahorita que estamos en la época de secas, muchos de los incendios que tenemos en el país y que se salen de control son provocados intencionalmente, esto va de la mano con la tala ilegal, con el tráfico de especies, con la transformación de territorios, transformaciones de fondo por ejemplo en el mar. Necesitamos hacer una mejor gestión de los ecosistemas costeros y marinos y trabajar de la mano con el sector turismo para que además de aprovecharse de la gran biodiversidad que tenemos, participe activamente ayudando a su conservación, a su mantenimiento junto con una transformación importante en la gestión de la producción de los alimentos”, agrega.

Para contrarrestar este panorama, el biólogo considera que México debe contar con una política integral de conservación armónica con el desarrollo económico y social que permita mantener los ecosistemas, la biodiversidad que albergan y los servicios ambientales que proporcionan.

Actualmente se negocia en la ONU el próximo Plan Estratégico de Preservación de la Diversidad Biológica que se prevé sea adoptado por los 196 países en septiembre durante un encuentro en Kumming, China. Este Plan será el eje rector para procurar la conservación de las especies en la próxima década, pero ¿qué garantiza que ahora sí cumpla?

“Es un Acuerdo de 196 países en donde es muy difícil que por consenso se adopten y se incluyan los diferentes intereses. La Conabio participa apoyando a la Secretaría de Medio Ambiente y a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER) en cómo establecer las posiciones de país que son llevadas ante los foros para negociar. Últimamente, por mi calidad de presidente, me toca ser más neutral y buscar el consenso de los 196 países, pero sin duda, tenemos que detener los promotores de la pérdida de biodiversidad”, agrega.

Para detener los promotores de la pérdida de biodiversidad, continúa, se requiere emprender una transformación encaminada a la agricultura sostenible, mejorar la gestión de bosques y selvas, que las ciudades sean ambientalmente amigables con la diversidad biológica y una eficiente gestión del agua dulce donde los ríos y lagos funcionen como ecosistemas y no como drenajes de la mancha urbana.

También se requiere tomar acciones concretas para mitigar el cambio climático y entender que, en la medida en que los países promuevan un manejo sustentable de la biodiversidad, se reducirán las amenazas contra la salud humana.

“La salud de los ecosistemas va en directa relación con la salud de las poblaciones humanas. Si se deteriora el medio ambiente, tenemos problemas de salud, de enfermedades. Si empieza a faltar el agua, las medicinas tradicionales, tenemos un problema. Todo el sistema alimentario tiene que cambiar para que esté disponible y esto también incluye el cómo gestionar a la pesca. La mayor parte de las especies marinas están sobreexplotadas, de hecho, ya estamos consumiendo más especies de granja que de mar por la contaminación de los océanos con plásticos y microplásticos. Esas transiciones tienen que empezar de inmediato”, apunta.

El 22 de mayo se conmemoró el Día Internacional de la Diversidad Biológica bajo el lema “Construir un futuro compartido para toda la vida en la tierra”, el cual promueve la idea de que la biodiversidad es la base sobre la cual se pueden reconstruir los ecosistemas que aportan soluciones a la salud, la seguridad alimentaria y el clima.

“Hoy en día tenemos un millón de especies en peligro de extinción a nivel mundial es un dato terrorífico y en México tenemos registradas más de 2 mil especies en la Norma Oficial Mexicana que nos indica especies en distintos niveles de amenaza. El problema es que la pérdida de hábitat, de especies, la llegada de especies invasoras, actúan de manera conjunta y a veces no nos damos cuenta. Tenemos que hacer lo que nos corresponde como ciudadanos conscientes del país y del planeta. No tenemos derecho a seguir quitándole la vida a otras especies, a seguir perdiendo biodiversidad, porque la extinción es para siempre”, enfatiza el biólogo.

En la preservación de la biodiversidad tienen un papel central las acciones locales de manejo sustentable, conservación y restauración de los ecosistemas.

FACTORES DE RIESGO EN LA BIODIVERSIDAD DE MÉXICO

Fuente: Conabio

1.-Sobreexplotación en la extracción de flora y fauna silvestre para consumo, comercialización local o tráfico ilegal.

2,.Deforestación de bosques y selvas

3.-Sobrepastoreo en matorrales

4.-Desecación y azolvamiento de ríos, lagos y humedales

5.-Contaminación de suelos

6.-Sobreexplotación de mares