Perote,Veracruz. Rosario Martínez Córdoba, 29 años, hija de un combatiente de incendios forestales, trabaja a un ritmo especial: se balancea entre la densidad del fuego y el picor del humo que se propaga en un ecosistema forestal.

Desde hace 6 años es combatiente de incendios forestales de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y está asignada a la Brigada Alfa I en el Municipio de Perote. Su papá le heredó el gusto por apagar fuegos que aniquilan al medio ambiente.

Y desde esa posición laboral ha gozado la igualdad de género en un trabajo que frecuentemente se asocia a hombres, pero también, ha enfrentado la resistencia que tienen algunos combatientes de subordinarse a una mujer.

“En la Brigada a la que yo pertenezco, no hay tanta desigualdad. Allí no se fijan si eres hombre o mujer simplemente en las capacidades y que cumplamos con los trabajos. Sin embargo, cuando comencé, los combatientes voluntarios tienen ideas más arraigadas y siempre es diferente que se subordinen a una mujer entonces sí era más complicado, pero se dan cuenta con el tiempo la importancia de que no te evalúen porque eres hombre o mujer sino por las capacidades de lo que puedes ejercer”, comparte en entrevista con Evlyn. Online

Rosario es de tez morena, ojos rasgados, tiene una voz suave sin titubeo y un largo cabello negro que debe recoger cada vez que sale a una misión.

Aquí está en una fotografía tomada durante una jornada de trabajo. Las expresiones de su joven rostro están empañadas por el hollín, esas partículas de carbono negro pulverizado que resultan de cada incendio forestal.

“En un incendio que tuvimos grande me pusieron como jefe de cuadrilla en una brigada y eran todos soldados y sí, como que les costaba subordinarse, pero sin embargo no demuestras que te haces menos por ser mujer, no, eres un combatiente más y ellos tienen que subordinarse. Y tú también tienes que dar el ejemplo de que puedes hacer las cosas, respondes al trabajo. Después ya se subordinaron, pero siendo hombres, como que les cuesta un poquito más”, explica.

Pie de foto: Rosario en una jornada de combate a un incendio forestal.
Pie de foto: Rosario en una jornada de combate a un incendio forestal.

 

Si el trabajo de las mujeres combatientes de incendios forestales en Perote es cada vez más notorio, se debe en gran parte a la labor que Rosario ha desempeñado en cada misión de combate.

“Sí hay hombres con ideas muy arraigadas y es un poco complicado para ellos que llegan mujeres a su ámbito y comienzan a subordinarse ellos. Aquí en la zona de Perote, este aspecto es muy poco ya. Sí existe, porque todavía existe en varias partes del mundo, pero creo que se va terminando ya”, reflexiona.

En el Día Nacional del Combatiente Forestal, que se conmemora este 11 de julio, Rosario convoca a todas las mujeres combatientes a ejercer labores de mando demostrando sus habilidades para coordinar los trabajos de los brigadistas.

“Creérsela y tener la capacidad necesaria para mandarlos porque tampoco tenemos por qué hacerlos menos. Simplemente, dar las órdenes como son y trabajar para que ellos vean que también nosotros podemos coordinar y que somos multifuncionales”, propone.

En Perote, esta ciudad asentada en la zona centro-occidental de Veracruz a las faldas del volcán Cofre de Perote o Nauhcamtépetl, predomina una vegetación de bosque compuesto por pino, oyamel y encino, aunque también hay presencia de matorrales desérticos que constituyen parte de la Sierra Madre Oriental.

A Rosario le ha tocado caminar hasta cuatro horas consecutivas con una mochila de 20 kilos cargada en los hombros para poder apagar un incendio que se propaga en medio de esa vegetación.

Una quema agrícola suele ser la causa principal de los incendios que le toca combatir en los ecosistemas de su Municipio.

“A veces las piernas ya ni siquiera te quiere responder, ya te llegan temblando porque es demasiado desgaste. Analizas el tiempo atmosférico, el aire, el clima, la humedad, vemos hacia dónde es la dirección del incendio y cuál es la magnitud. Ya de ahí, se toman estrategias para coordinarnos con los compañeros que asistimos al combate y se toman estrategias para trazar las brechas y así lo suprimimos”, explica.

Pie de foto: Las combatientes forestales como Rosario enfrentan incendios de diferente magnitud.
Pie de foto: Las combatientes forestales como Rosario enfrentan incendios de diferente magnitud.

 

Hace ya seis años que por primera vez estuvo frente al combate de un incendio forestal y para ella, esa experiencia es una de las que más atesora en su trayectoria como combatiente no sólo porque le enseñó a valorar el trabajo que desempeñaba su papá, también porque le permitió determinar si continuaría o no por ese camino profesional.

“El combustible era muy denso y el humo era muy picoso. Recuerdo que salimos corriendo porque lo que queríamos era oxígeno. Ese incendio estuvo muy marcado porque te pones a pensar en todo lo que pasó tu papá y es como un parteaguas ¿quieres seguir aquí o te vas?, no fue mi caso, aquí sigo”, recuerda.

La decisión de continuar especializándose en el combate de incendios forestales, le ha permitido representar a México en una brigada internacional que ayudó a combatir un incendio en los bosques de Canadá, siempre consciente del riesgo que implica su labor.

“Ser combatiente es un trabajo muy duro, ponemos en peligro todo lo que tenemos por cuidar el medio ambiente”, enfatiza.

En la temporada 2021, seis combatientes perdieron la vida mientras intentaban apagar un incendio forestal.

Pie de foto: Rosario en las faenas de combate a los incendios forestales.
Pie de foto: Rosario en las faenas de combate a los incendios forestales.