Golfo de Santa Clara, Baja California Sur. Sin una motivación económica y con ese pesar que da interrumpir la secuencia de una estadística que durante más de 11 años ayudó a mantener ordenada la pesca en el Alto Golfo de California, Alexia Juárez decidió dedicar el sábado a labores de monitoreo administrativo de la curvina golfina de manera voluntaria.

Se instaló a la orilla de la playa y en eso, vio pasar las pangas tripuladas por pescadores que se introducían al mar en busca de la curvina golfina, una especie endémica de esta región.

“Ya han salido embarcaciones. Ahorita acaba de pasar una, yo creo que llevaba más de 2 toneladas”, narró Alexia en entrevista con Evlyn. Online

Pie de foto: Alexia realizando monitoreo de curvina en la playa
Pie de foto: Alexia realizando monitoreo de curvina en la playa

Hace dos años ella formaba parte de un grupo de monitores que aplicaban el Monitoreo Administrativo, un proyecto impulsado por el Gobierno Federal desde 2009 para generar información estadística sobre las capturas de la curvina golfina y la cual es utilizada por las autoridades para definir el volumen de pesca de cada temporada.

Los datos que arrojan los monitores de curvina son el principal referente estadístico del que disponen las autoridades pesqueras para determinar el momento en que debe parar la pesca para no sobreexplotar la especie y para comprobar que esta pesquería no pone en riesgo a otras especies del Alto Golfo de California.

Pero desde la temporada 2020, el Gobierno Federal canceló el apoyo económico del Monitoreo y con ello, se puso en riesgo la continuidad de la secuencia estadística de este programa que en 2019 fue galardonado con el premio Pesca y Acuacultura Sustentable de la Conapesca.

A falta de recursos económicos para operar el Monitoreo, Alexia decidió continuar realizando su trabajo como monitora de curvina golfina solo por voluntad propia pues sabe lo importante que es esta pesquería en su comunidad.

“Este monitoreo es muy importante en nuestra comunidad porque demuestra al sector pesquero que se está cumpliendo la cuota que el Gobierno nos establece. Es un pueblo muy rico cuando hay trabajo de pesca y seguiremos defendiendo todo lo que esté en nuestras manos”, expresa.

Alexia tiene 27 años. Es esposa de un pescador y también es mamá de 2 pequeños, uno de 7 y otro 1 año 4 meses de edad. No le sobra tiempo para trabajar sin obtener un pago y, sin embargo, lo hace porque considera importante defender la serie estadística que desde 2009 arroja el Monitoreo Administrativo de curvina golfina.

“Este año y el año pasado también nos retiraron los recursos de Conapesca que era con lo que nosotros nos podíamos mantener en este trabajo. Por ejemplo, aquí en playa estábamos de 5 de la mañana a 8 de la noche sin tener hora de ir a comer. Y aun así quisimos seguirlo defendiendo y lo seguiremos haciendo porque tenemos que defender nuestros recursos y estamos siendo una herramienta para que miren que es una pesca sustentable para aquí el Alto Golfo”, comenta.

El grupo de monitoreo al que pertenece Alexia, está conformado por otras 40 mujeres y 4 hombres que están dispuestos a trabajar de manera voluntaria para demostrarle al Gobierno Federal la importancia de reasignar recursos a este programa.

 “Uno de los retos más grandes es defender la pesca y aquí estamos para darle información que demuestre que es una pesca sustentable y puede ayudar a los mismos pescadores a seguir luchando por ella porque es nuestro modo de vida, aquí es lo más importante en el Golfo, la pesca”, añade.

En el Puerto de San Felipe, Jessica Espinosa, de 26 años, es otra monitora de curvina golfina que decidió continuar de manera voluntaria el Monitoreo de esta pesquería.

Su labor consiste en ubicarse en un punto de desembarque y registrar la cantidad de curvina golfina con la que regresan los pescadores. Esta información se registra en una base de datos que se envía a la Conapesca.

Pie de foto: Jessica realizando monitoreo nocturno de curvina
Pie de foto: Jessica realizando monitoreo nocturno de curvina

Un día mientras Jessica realizaba labores de monitoreo enfrentó la resistencia de pescadores a las tareas de inspección.

“Una vez me pasó que una persona me sacó un cuchillo cuando me acerqué para preguntarle si traían curvina. Llegó la embarcación y estaban los marinos y los de Conapesca de apoyo, ellos también paraban las embarcaciones y una persona sacó un cuchillo y dijo que no traían curvina y le dieron al carro, se fueron”, recuerda.

A pesar de esta experiencia, Jessica está decidida a continuar con el Monitoreo durante esta temporada de curvina golfina. En el futuro, sueña con administrar su propio restaurante de mariscos.

“Hay un lugar en San Felipe que está pegado al Cerro de la Virgen, era un antro, pero nunca funcionó. Tiene muy bonita vista al mar y está como en un cerro y allí siempre me ha gustado y siempre he dicho que allí quiero mi restaurant”, comparte.

A diferencia de Alexia y Jessica, Lucero Isabel Cervantes, de 20 años, sí suspendió el Monitoreo de curvina golfina por falta de recursos económicos para aproximarse al mar.

“Nosotros dependíamos de Conapesca para hacer nuestro trabajo, pero ya se canceló eso y nos quedamos estancados y como la zona que nos toca trabajar a nosotros está algo retirado, como a una hora de camino, no lo podemos hacer voluntariamente porque es bastante el camino que tenemos que recorrer para poder llegar”, explica.

Esta monitora lamenta que la estadística de curvina golfina pierda secuencia en el punto de monitoreo que tenía a su cargo pero confía en que el Gobierno Federal reasigne recursos para el programa.

“Tener los recursos para volver a armar al equipo, obtener la información que se tiene que capturar, poder andar trabajando allá. La información que obtenemos es muy valiosa”, enfatiza.

La satisfacción que le queda, dice, es que su esfuerzo valió la pena.

“Al paso que iba, iba logrando bien mi trabajo”, afirma.

Pie de foto: Lucero realizando monitoreo de curvina
Pie de foto: Lucero realizando monitoreo de curvina

Lucero se recuerda desde niña junto a los pescadores así que está dispuesta a defender cualquier información que sea útil para mantener la pesquería de curvina golfina.

“Desde niña yo me pegaba como chicle para andar allá con los pescados porque es algo que me agrada mucho”, añade.

La estadística de la Conapesca reporta que en México se producen en promedio 16 mil toneladas anuales de curvina en 17 entidades, y alrededor del 50 por ciento se captura en el Alto Golfo de California, específicamente en las comunidades de los estados de Sonora y Baja California, como lo es el caso de la curvina golfina, especie de alto valor económico y social para la región.

El monitoreo que realizan Alexia, Jessica y Lucero permite que el consumidor pueda saborear una curvina golfina en caldo, a la parrilla, a la plancha, frito, en ceviche, empanizado, por mencionar solo algunas opciones en las que se degusta esta especie.

ESCUCHA EL PODCAST CON LAS MONITORAS DE CURVINA GOLFINA: